“La campaña del terror de la industria en contra del proyecto de jibia que está actualmente en el Senado, es tremenda. Incluye multas gigantes a los pescadores, cesantía y una falta a la verdad que espanta. Son los mismos que operaron en la pasada Ley de Pesca, la norma más corrupta de Chile”.
Con esas palabras, Miguel Angel Hernández, Presidente de la Federación de Pescadores Artesanales Nuevo Amanecer, calificó los argumentos en contra de esta iniciativa, actualmente en discusión en el Parlamento.
De acuerdo a los artesanales, uno de los argumentos entregados por este reducido grupo de agrupaciones de la pesca artesanal del sur para descalificar la ley de la jibia, es que no responde a elementos técnicos ni a la lógica del manejo pesquero actual.
«Este grupo minoritario de la Octava Región es conocido como los ricos de la zona, ya que siempre han estado asociados a la industria. Son siete organizaciones de pescadores cerqueros y en esa zona hay 54 de estos grupos organizados. Aquí han existido los elementos técnicos para que los parlamentarios voten esta ley y protejan un recurso que está sano y disponible para la pesca artesanal, y que pueda continuar en este estado y no ocurra lo que ya ha pasado con la mayoría de las pesquerías: desaparición por artes de pesca depredatorios y no selectivos», explicó Hernández.
En esa línea, respecto al argumento de que multarán a pescadores artesanales por 25 millones de pesos por que le encuentren jibia en las operaciones de descarte y mezcla, «no tienen ningún sentido real y se inserta en la campaña del terror. En la ley queda establecido el término de fauna acompañante en la mayoría de las pesquerías y sucede con la jibia también».
«Todos los que somos pescadores artesanales sabemos esto y es lo mismo que asegurar que quedarán más de 650 pescadores artesanales de la Octava Región cesantes. En esa zona se pesca sardina y anchos, no jibia, y lo que se pesca se convierte casi en su totalidad en harina de pescado. Un clásico de la industria y sus políticas de sustentablidad que han saqueado el mar», puntualiza el dirigente.
Miguel Angel Hernández recordó que fueron las pequeñas plantas de proceso que comenzaron a trabajar la jibia, abriendo nuevos mercados: “Cuando la industria vio que este negocio era rentable, comenzaron a operar utilizando artes de pesca depredatorios y no selectivos y se quisieron apropiar. El arrastre y el cerco daña a la jibia y lo deja como un producto de muy baja calidad, mientras la pesca selectiva, con potera y línea de mano, obtiene un producto de alta calidad y mejor precio”.
Finalmente, el presidente de la Federación Nuevo Amanecer señaló que la norma no limita la extracción u operación de ninguna flota “y sólo influye en el arte de pesca. Todos los pescadores, incluso la industria, podrá seguir pescando jibia, pero ahora con potera y línea de mano, asegurando la sustentabilidad y el trabajo por muchos años más”.