Con más de 22 extensas jornadas de registro entre octubre y diciembre pasado, decenas de entrevistados, llega “Insurrección, sin música no hay revolución” de 78 minutos, tercer documental dirigido por Tomás Achurra (autor también de Toque de Queda de 2015 y Fuerza Mayor de 2018). El título hace alusión a la mezcla que esgrime el autor de cómo el movimiento social se vio potenciado por instancias musicales tanto de artistas consagrados como de intervenciones propias de la gente que llegó hasta la renombrada Plaza Dignidad y sus alrededores.
“Es una especie de paseo virtual en primera persona, con todo lo que te podías encontrar durante el estallido. Y ahí caí en cuenta que no hay nada más social que la música, el acople de la gente, increíble”, revela su director. En el tráiler de “Insurrección”, ya se pueden ver imágenes de la sorpresiva presentación de Ana Tijoux en la fiesta de año nuevo, los Fiskales Ad-Hok en Plaza Ñuñoa, a Sol y Lluvia en La Marcha Más Grande Chile, en otras áreas al Movimiento de Pobladores en la Lucha Ukamau, y un soundtrack muy fácil de asociar a la revolución, entre otros.
La obra forma parte de la primera trilogía de su director (29), quien anuncia que luego de la presentación y promoción de la obra se tomará un receso indefinido, al menos del formato documental que venía realizando. “Es un cine de guerrilla el que hago, pasar por todos los procesos es desgastador y ya no tengo 23, que fue cuando empecé. Fue un desafío muy lindo hacerlo, acá sí tomó sentido todo, si eres audiovisual y no te picaban los pies y manos por salir a registrar el estallido, hay que revaluarse”, afirma el también periodista.
Ficha técnica
Nombre: Insurrección, sin música no hay revolución
Dirección: Tomás Achurra
Duración: 78’
Año: 2020
Realización: Ricardo Palma
Producción: Camila Pinto, Obrerock Producciones
Cámara y sonido: Ramoncello
Post de sonido: Reinaldo Pinto
Afiche: Guido Salinas AKA Kid Dibujante
Sinopsis: La tarde del viernes 18 de octubre de 2019, la historia reciente de Chile cambió, la injusticia social y la desigualdad sucumbió al estallido social ciudadano, sin partidos políticos ni conglomerados a la cabeza, sino de manera orgánica. Lo que se vivió de ahí en adelante, fue mera “Insurrección”, y “¡sin música no hay revolución, lo dijo Víctor Jara, conchetumadre!”, grita a un hombre a la cámara.