Cerca del mediodía, esposados de manos y pies, ingresaron nuevamente al Palacio de Tribunales de Concepción para una segunda ronda de interrogatorios los sospechosos detenidos en el marco de la investigación por la muerte del estudiante Jorge Matute Johns, a cargo de la ministra en visita Carola Rivas.
Alta expectación existe respecto a los pasos que podría tomar en las próximas horas la magistrado, no sólo con Cristian Montes, ex guardia de la discoteca «La Cucaracha», y su pareja Cherie Ruiz, sino en torno a otros testigos importantes del proceso que estarían siendo careados hoy.
El ex mayor Andrés Ovalle, quien dirigió uno de los equipos investigadores de Carabineros a inicios de este caso, reiteró su extrañeza con que sólo haya sido posible indagar a fondo la hipótesis que apuntaba a personal del local de Bruno Betanzo 17 años después de los hechos, apuntando a que en el curso de los acontecimientos hubo claras obstrucciones que impidieron conocer la verdad.
Ovalle recordó, en declaraciones a varios medios, que Flora Sepúlveda, jueza del Tercer Juzgado del Crimen de Concepción, le prohibió entrevistar a los empleados y al dueño del establecimiento penquisa, señalándole textualmente que «a Betanzo y los guardias no me los toca».
Según conoció El Ciudadano, este antecedente fue consignado en la declaración que el ex oficial prestó a la ministra Rivas por un espacio de dos días en 2014. Esto luego de que el ministro Jaime Solís se inhabilitara y dicha magistrado, proveniente de Rancagua, tomara las riendas del proceso.
Cabe precisar que la salida de Solís, presuntamente fundamentada en la aparición de su yerno Farid Harún como testigo, ocurrió luego de que Ovalle entregara a éste un documento del año 2000 donde constaba una orden para investigar la posible participación de «Betanzo y su organización» en el crimen de Matute, como también la eventual intervención de «funcionarios de Carabineros e Investigaciones» en el ocultamiento del cuerpo.
Dicho antecedente no fue incorporado al proceso por el ministro Solís, pero sí lo hizo más tarde Rivas, cuando interrogó al ex mayor Ovalle.
En conversación con este medio, el oficial en retiro no involucró directamente a la primera jueza Flora Sepúlveda en actos de obstrucción, pero sí reconoció que la negativa de ésta para permitirle reunir medios probatorios vinculados a la teoría del caso que siempre siguió, afectó claramente la resolución del mismo.
«Una de las situaciones que siempre me llamó poderosamente la atención es la posición que adoptó el tribunal en el inicio. Existiendo dos teorías, de la Policía de Investigaciones (que apuntaba a siete jóvenes) y de Carabineros, que no se haya tomado con la misma dedicación una de otra, favoreciendo la realizada por el entonces comisario Héctor Arenas en desmedro del trabajo que realizamos y que hoy está cobrando vigencia, ya que las personas que aparecen fueron precisamente las que mencionamos al inicio», indicó.
Agregó que «el hecho de que la jueza Sepúlveda nos haya impedido realizar las entrevistas nos coartó toda posibilidad de generar una teoría más contundente. No sólo no nos permitió profundizar en la investigación, sino en la información que en forma reiterada recibíamos por diferentes canales, y todo estaba relacionado con la gente que ejercía funciones de seguridad y administrativas en la discoteque ‘La Cucaracha'».