Felipe Alessandri, alcalde de Santiago, anunció el cierre del Liceo Amunátegui por el resto del año y el término anticipado de semestre. La decisión se gesta luego del incendio que afectó al establecimiento el sábado pasado, en el contexto de una toma estudiantil iniciada el 6 de junio. Según explicó el jefe comunal, el siniestro dejó daños avaluados en $ 200 millones, por lo que “no está apto para recibir alumnos”. Los más de 700 estudiantes serán reubicados en otros colegios municipales de la capital.
Eso sí, las medidas anunciadas por el edil no cuentan con el apoyo de los profesores del liceo. A través de una declaración pública, los docentes consideran que fueron “pasados a llevar de la peor forma posible”, al enterarse por los medios de comunicación de las acciones emprendidas por la Municipalidad de Santiago frente a los hechos ocurridos.
“Lo mínimo que debió haberse hecho era informarnos a nosotros y esperar una propuesta ante las posibilidades de solución que podemos proponer, sin embargo, la determinación fue drástica, categórica, radical y autoritaria, pasando a llevar nuestra formación docente y calidad humana”, afirman.
Los docentes repudian “firmemente” el actuar de los alumnos responsables de los destrozos, pero aclaran que “los hechos ocurridos no son representativos de la totalidad de nuestros alumnos”. Según el parecer del cuerpo académico, “son gestionados y causados por un grupo mínimo, que cabe mencionar y aclarar, en su mayoría está compuesto por estudiantes derivados de otros establecimientos de la comuna, dado que de un tiempo a esta parte, el Liceo Amunátegui se ha visto obligado a recibir a estudiantes disruptivos, problemáticos y violentos, expulsados de otros centros educativos”.
Los profesores señalan además que “el Liceo no estaba en las mejores condiciones iniciada la toma”. Al respecto, aluden a un “siniestro semejante” ocurrido en el recinto hace más de cinco años, situación que afectó a un sector del recinto educacional, el cual, dicen, “hasta el día de hoy esa parte del Liceo permanece clausurada, pero sigue siendo parte del edificio en el que trabajamos a diario”.
“Asimismo, muchas de las salas (de música, artes y los distintos laboratorios) son improvisadas por los mismos docentes para realizar mejor nuestro trabajo, dado que el establecimiento se encuentra en un estado de abandono por parte de las autoridades hace ya mucho tiempo”, añaden los docentes.
Los pedagogos también manifiestan su descontento con la reubicación de los escolares. Califican la medida como “inoportuna” y postulan que “sólo favorece al municipio y sus recursos”, esto porque el cierre del semestre implica que el establecimiento aparecerá con matrícula cero al momento de proyectar el Plan Anual de Desarrollo de la Educación Municipal (PADEM). Los profesores sostienen que, en ese marco, “será más que justificable su aislamiento de los planes municipales que incluyen asuntos económicos”.
Por otro lado, la reubicación les parece un forma de “cosificación” del estudiantado y de la planta docente, “dado que no somos objetos que puedan ser cambiados de lugar sin tener derecho a una opinión o postura frente a ello”, reclaman.
Los maestros del Liceo Amunátegui advierten que el establecimiento recibe a muchos estudiantes extranjeros, por lo que el cierre del recinto atentaría contra su proceso de adaptación a Chile. “Para estos estudiantes que conforman casi la mitad de nuestra matricula, el proceso de reubicación sería aún más complejo, dado que muchos de ellos son parte de distintos programas de acompañamiento internos de nuestro establecimiento que difícilmente se podrían replicar en otros centros educativos”, indican.