La Cámara de Diputadas y Diputados dio luz verde al proyecto de ley que busca regular la contaminación odorífica en el país.
Con una alta aprobación, el proyecto, que ahora pasa al Senado, se propone modificar la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente, con el fin de regular la emisión de olores que puedan resultar molestos para la población.
En específico, la iniciativa propone enmiendas a la Ley 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente, ofreciendo pautas específicas para regular la contaminación odorífica.
Con esta regulación se busca la protección de la salud de la población que reside cerca de, por ejemplo, plantas de tratamiento de aguas servidas, plantas de celulosa, fábrica de alimentos, recintos pesqueros, entre otros.
Sobre este proyecto Francisco Caamaño, activista ambiental e integrante de la Red de Humedales del Mapocho y exconvencional constituyente, resalta el significativo avance que representa esta iniciativa para Chile en la regulación de la contaminación odorífera: «Supone un hito importante, ya que aborda una carencia histórica en la legislación ambiental del país», plantea.
Efectivamente, hasta ahora, la única norma de emisión de olores está dirigida exclusivamente al sector porcino, dejando un vacío regulatorio preocupante en otras áreas de actividad productiva.
«Esta ley exige que las empresas o actividades productivas que puedan generar o que tengan el potencial de generar olores molestos deban ingresar a través de un estudio de impacto ambiental, para evaluar sus posibilidades de generar estos olores que puedan afectar a la población o también a los ecosistemas», explica Caamaño.
Un punto importante también es que la falta de regulación en estas áreas no solo constituía una omisión ambiental significativa, «sino que también generaba preocupaciones de salud pública y afectaba a los ecosistemas locales, al no contemplar medidas preventivas para controlar la emisión de olores molestos y su potencial impacto en la calidad de vida de la población», sostiene el activista medioambiental.
Por otro lado, a juicio del ambientalista Rodrigo Vallejos, integrante de la Coordinadora Ambiental La Farfana, una de las organizaciones ambientales impulsoras de este proyecto de ley, subraya la importancia de los cinco ejes fundamentales contemplados en esta propuesta legislativa.
«El proyecto de ley tiene 5 ejes importantes para regular los malos olores:
1) Define qué es contaminación odorífica y olores molestos.
2) Exige que las actividades productivas que puedan generar malos olores deban ingresar a evaluación ambiental.
3) Mandata al ejecutivo a generar un reglamento para establecer parámetros de medición de las diferentes sustancias odoríficas.
4) Considera normas de inmisión para que los olores puedan ser medidos no solo desde la fuente emisora, sino también, desde el área del receptor del mal olor.
5) Los municipios podrán generar ordenanzas para regular y fiscalizar los malos olores en sus comunas.
Estos 5 ejes nos resultan fundamentales que se conserven en el Senado, para que se promulgue una buena ley», apunta Vallejos.
Según su análisis, estos lineamientos son esenciales para establecer un marco normativo integral que aborde de manera efectiva la problemática de la contaminación odorífera en el país.
También destaca especialmente la definición de contaminación odorífera dentro de la Ley General de Bases del Medio Ambiente como un paso crucial para reconocer oficialmente este tipo de contaminación y proporcionar una base legal sólida para su regulación.
Asimismo, resalta la exigencia de evaluación ambiental para aquellas empresas que puedan generar malos olores, lo cual representa un mecanismo importante para prevenir y controlar la contaminación en su origen.
Además, Vallejos enfatiza la importancia de mandatar al Ministerio del Medio Ambiente a elaborar un reglamento para definir la elaboración de un reglamento que establezca parámetros de medición de sustancias odoríferas. Considera que esto permitirá una evaluación más precisa de los impactos ambientales y sanitarios de los olores molestos, contribuyendo así a una gestión más efectiva de la contaminación.
Otro punto destacado es la inclusión de normas de inmisión, que permiten medir los olores no solo desde la fuente emisora, sino también desde el punto de vista del receptor afectado, lo cual facilita la fiscalización y el cumplimiento de las normativas ambientales.
En ese sentido, el dirigente valora la facultad otorgada a los municipios para generar ordenanzas de regulación y fiscalización en sus comunas, lo cual refleja un enfoque descentralizado y participativo en la gestión ambiental.
«Este proyecto de ley significa un gran avance a la regulación de olores en Chile, ya que en la actualidad la facultad de fiscalización de malos olores solo recae en el Seremi de Salud, en virtud de las competencias conferidas por el Decreto 144 del Ministerio de Salud, que ‘Establece normas para evitar emanaciones o contaminantes atmosféricos de cualquiera naturaleza’ que data del año 1961, y limita la fiscalización de olores a la percepción del olfato».
«Por ello -agrega- resulta imperioso actualizar la legislación y también otorgarle competencias a la Superintendencia de Medio Ambiente para fiscalizar en esta materia, con tecnologías más avanzadas como odorímetros u olfatómetros que permiten mayor precisión en la medición».
Gobernanza y fiscalización de olores
Paralelamente, en la Región Metropolitana se está desarrollando la «Mesa Técnica de Contaminación Odorífica en la RM», donde Seremi de Salud, Seremi de Medio Ambiente, Gobierno Regional, Municipios y organizaciones ambientales están desarrollando un protocolo intersectorial de fiscalización de episodios de malos olores, lo que permitirá canalizar denuncias por malos olores de forma más expedita, en preparación para la futura ley de olores que debe ser aprobada en el Senado.
Además, las organizaciones ambientales han planteado la necesidad de que el Gobierno Regional coopere con el financiamiento a los organismos con competencias fiscalizadoras y sancionadoras en materia de olores, para la modernización de equipos que permitan que la medición de olores se ajusten a la Normas Chilenas NCh3190:2010 (Determinación de la concentración de olor por olfatometría dinámica) y NCh3386:2015 (Muestreo estático para olfatometría).
Estas acciones han surgido luego de las emergencias de olores que afectaron a gran parte de la RM en julio del 2023, producto de las emanaciones provenientes de la planta de compostaje industrial Armony Sustentable, la que fue sancionada tanto por el Seremi de Salud y la Superintendencia de Medio Ambiente, por diferentes irregularidades, como estar operando sin contar con una Resolución de Calificación Ambiental (RCA).
Por lo anterior, en la actualidad existen diferentes acciones en pos de avanzar en la regulación de los malos olores que aquejan a gran parte de la población a lo largo de todo Chile.
Seguiremos informando.
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