Realizan ocupación del «Programa de Integración PIRO» ante nefasta cobertura y negligente actuar frente a víctimas de trauma ocular

Las víctimas de trauma ocular, por la revuelta del 2019, realizaron este jueves la ocupación pacífica del Programa de Integración PIRO, así como para exigir un programa integral que atienda a todas las víctimas.

En la manifestación, denunciaron negligencia por parte del Ministerio de Salud, en especial por el programa PIRO, que es el encargado de cubrir la reparación de todas las víctimas de la represión estatal.

Una de las manifestantes denunció que muchas de las víctimas han tenido que costear – con rifas y medios privados – los tratamientos para atenderse la vista, mientras que otros pacientes fueron dados de alta, pero aún contaban con piezas de perdigones en los ojos.

“Están dando de alta a los compañeros. Hay compañeros que después de un año de tener trauma ocular, se han enterado, por tener dolores de cabeza constante, que tienen perdigones dentro del ojo, y han sido dados alta (…) Somos víctimas de por vida, este programa tiene que atender a las personas de por vida”, expresó una de las participantes en la manifestación.

“Piñera es un asesino”, recalcó otra de las personas que asistió a la movilización pacífica.

Desde haces meses la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular vienen denunciando negligencias y vulneraciones de parte de programa de reparación del Ministerio de Salud.

Desde la organizición señalan que al ser un programa de reparación a las víctimas implementado por el Gobierno de Chile, las vulneraciones en el marco de éste, ponen en cuestión el cumplimiento efectivo de las reparaciones y llamadas garantías de no repetición comprometidas por el Estado de Chile en el sistema interamericano e internacional de derechos humanos, siendo una de las numerosas aristas que comprometen incluso su responsabilidad internacional.

En la actividad, también participaron estudiantes agrupados en ACES, quienes repudiaron el encubrimiento de las violaciones a los derechos humanos durante la revuelta social de 2019.