La figura, vigilante inmóvil de las últimas manifestaciones que estallaron en octubre de 2019, se había ya convertido en un símbolo en disputa. Sobre ella, un puñado de manifestantes se subía para flamear banderas y entonar himnos de lucha. Esas imágenes dieron la vuelta al mundo como clara representación del estallido social chileno. Lienzos y coloridas pinturas eran usadas en la estatua, las que luego de cada viernes, era pintada por la Intendencia. Eso, hasta que llegó la pandemia, y la intensidad de las manifestaciones bajaron.
Pero el el pasado 03 de abril, el Presidente Sebastián Piñera hizo un alto en el transitar con su comitiva, y -en plena cuarentena- se bajó y caminó por ese lugar para sacarse una fotografía delante de la estatua del General Baquedano. Ahí, en pleno epicentro de las protestas que debido a la pandemia habían bajado su intensidad, el presidente con la más baja aprobación en la historia del país, sonreía triunfante junto a la estatua de Baquedano. Luego de aquel polémico gesto, regresó paulatinamente la masividad de las manifestaciones en ese emblemático lugar.
Desde pintura roja, hasta el lanzamiento de acelerante para prenderle fuego y claros intentos de derribarla, han sido algunas de las formas en que manifestantes han expresado su rechazo al ya polémico monumento del General Baquedano, ubicado -por ahora- en la denominada Plaza Dignidad.
Esta seguidilla de intervenciones terminó finalmente con el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) confirmando que este viernes durante la madrugada, la estatua del político y militar será removida para ser sometida a un proceso de restauración.
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Una derrota para el oficialismo
La reacción de parte del oficialismo ante la decisión del CMN no se hizo esperar, en claro rechazo a la decisión.
Parlamentarios y militantes de derecha manifestaron su descontento en redes sociales ante la decisión del CMN, calificándola como una victoria para el «vandalismo».
La diputada María José Hoffman (UDI), señaló: “No es la estatua la que tiene que salir, sino los violentistas, y esperamos que regrese pronto al lugar que tiene en nuestra historia y en nuestra ciudad”, manifestó.
Por otra parte, el ex diputado José Antonio Kast (Partido Republicano) aseveró que la remoción de la estatua significaba una “una rendición del gobierno y una gran derrota para Chile”, publicando en su cuenta de twitter: “Ganó el vandalismo, ganó la violencia, ganó la impunidad”, añadiendo además la etiqueta #FirmesConBaquedano.
Rechazo a símbolos de la élite chilena
La estatua de Baquedano desde los inicios de la revuelta comenzó a pasar por una serie de intervenciones por parte de las y los manifestantes, quienes se reúnen aún cada viernes en Plaza Dignidad, la cual para historiadores como Gabriel Salazar, tiene un mensaje claro detrás.
A principios de la revuelta, Salazar planteó a Deutsche Welle que el motivo de las intervenciones radicaban en que el movimiento de la revuelta tiende a «identificarse con sus raíces, es decir mestizos y mapuches. Por eso, en las marchas no vemos banderas de partidos políticos, pero sí vemos la de Chile y la mapuche».
«Este pueblo mestizo fue sistemáticamente reprimido por la violencia de la élite chilena en los siglos XIX y XX. Esto significó una rabia acumulada, que se transmite de generación en generación», explicó.
Un personaje «nocivo» para la historia:
El destacado escultor chileno Cristián Salineros, señaló a Deutsche Welle que «hay una pérdida patrimonial que no es menor. Hay una memoria visual instalada en el espacio público que es triste que se pierda».
No obstante eso, el escultor señaló; «si vemos el tipo de obras que han sido destruidas, representan en su mayoría instituciones y personajes que han sido nocivos para nuestro país a nivel histórico».
«Nadie avala la destrución; pero, bajo estas circunstancias, uno no puede dejar de verlos como símbolos vinculados a la imagen colonialista», planteó el artista visual.
El escenario previo a la retirada
La decisión del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) de finalmente retirar la estatua para su restauración estuvo antecedida por una disputa en torno a este símbolo.
Durante octubre de 2020, manifestantes cubrieron por completo el monumento con pintura roja. La «restauración» no se hizo esperar y la estatua fue pintada de negro.
Sin embargo, no alcanzó a durar un día, y durante el aniversario el 18-O volvieron a pintarla de rojo, simbolizando a la sangre derramada durante la revuelta, y como acto de resistencia, según señalaron participantes de esas intervenciones. Aunque como era de esperarse, luego de ese fin de semana, el monumento volvió a pintarse de negro, una vez más.
En ese entonces, el CMN planteó la posibilidad de trasladar la estatua a las dependencias del Ejército, pero de todos modos, permaneció en la plaza. Sin embargo, la figura de la estatua en llamas (luego que manifestantes lanzaran acelerante y le prendieran fuego), la instancia tomó la decisión de retirarla de ese lugar para «su restauración», aunque sin fecha de retorno.
Por su parte, el Ejército de Chile manifestó su descontento a través de un comunicado, calificando de “antichilenos” y “antisociales” a quienes llevaron a cabo la acción.
Sin embargo, las declaraciones de la institución generaron rechazo tomando en cuenta su propio historial, y en respuesta, manifestantes intentaron con herramientas derribar la estatua desde su base.
Sumándose también al encrispamiento del gobierno y sus adherentes, durante la mañana de este jueves, miembros del Partido Repúblicano y militares en retiro, realizaron un acto en dicho lugar y colocaron una ofrenda floral a los pies de la polémica figura. Entre los asistentes a este acto, estaba el procesado por violaciones a los Derechos Humanos, el coronel en retiro y ex alcalde de Providencia, Cristián Labbé.
Las críticas continúan
La diputada Catalina Pérez (RD) recordó que Cristián Labbé, quien encabezó los homenajes de esta mañana, fue condenado por torturas.
«Así se ve la impunidad en Chile», manifestó la parlamentaria.
Asimismo, Jaime Parada Hoyl, candidato independiente a la constituyente por el Distrito 10, señaló que en su periodo de concejal pidió que se quitara la estatua, pero que ahora como ciudadano solicita que se funda.
«Pido que sea fundida; se puede trasladar en estado líquido. Uno de los invasores de Wallampu no merece homenajes«, aseveró.
Sumándose a las críticas, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC) señaló en el programa Sin Maquillaje que Baquedano «lideró la ruptura de los acuerdos que el Estado de Chile tenía con el Estado-Nación Mapuche y nos metió en una guerra fratricida contra un pueblo hermano«.
“En una plaza tan céntrica, tenemos puesta una estatua de lo que para algunos es un héroe, pero que es un delincuente que cometió genocidio contra nuestras primera naciones, que comandó la guerra de Pacificación de La Araucanía, que destruyó y quemó aldeas completas, que violó mujeres, que escondió cuerpos mutilados, que efectivamente robó tierras”, puntualizó.
Así, la polémica figura del General Baquedano será retirada la madrugada de este viernes del emblemático lugar, lo que no puede dejar de ser visto como una derrota simbólica para el oficialismo, para ese presidente que en abril pasado posó triunfante a sus pies, y para quienes ven en la militarización (simbolizada en el General Baquedano), para la solución de conflictos sociales.