POR GONZALO ELLIS
La Universidad San Sebastián se encuentra nuevamente en el ojo del huracán, esta vez por una polémica que ha surgido tras el destape del caso Hermosilla. Dicho caso expuso una compleja red de conexiones entre la institución académica y diversas figuras políticas y judiciales de alto perfil. Estas revelaciones han generado un fuerte debate en torno a la transparencia y la ética de los contratos y vínculos laborales mantenidos por la universidad con personajes como ex ministros, jueces y otros funcionarios influyentes.
Según información entregada por El Mostrador en conversaciones con un alto funcionario de la Universidad San Sebastián, la exministra del Medio Ambiente y de Educación del segundo Gobierno de Sebastián Piñera, Marcela Cubillos, mantenía un sueldo de $17 millones mensuales como docente sin impartir clases, incluso mientras vivía en Madrid. Andrés Chadwick y Jean Pierre Matus también tenían contratos irregulares, al igual que el diputado Diego Schalper. La universidad intentó cerrar discretamente estos contratos tras la filtración de los comprometedores chats del caso Hermosilla, sin lograrlo del todo.
Además, el funcionario de la casa de estudios comentó que los contratos a los que se hace referencia eran de conocimiento general entre el cuerpo docente de la universidad, y habían generado un notable malestar en algunos profesores. Este malestar se debía principalmente a que, durante su tiempo en la institución, Cubillos prácticamente no cumplió con su labor docente, lo que provocó incomodidad entre sus colegas. Según uno de los testimonios, esta situación era percibida por varios como una maniobra para financiar su campaña política.