Son días complejos para «El canal de todos». Los números hace años que no calzan y se trabaja a pérdida, teniendo como resultado una crisis financiera obligando a aplicar una política de recortes que se traduce en despidos de funcionarios, malas decisiones de programación, bajo rating y publicidad.
La salida a la crisis ha sido una recapitalización de US$ 47 millones, aprobada con polémica por el Parlamento a finales de 2017, y el debate legislativo respecto de la señal cultural de la estación pública han tensado al máximo la situación de TVN. En este proceso, las críticas al presidente de su directorio, el socialista Ricardo Solari, no han bajado de intensidad centrándolo como el responsable del actual escenario.
La gota que rebalsó el vaso fue la renuncia de los tres directores ligados a Chile Vamos, María José Gómez, Lucas Palacios y Jorge Aton, quienes apuntaron a Solari de mala gestión. Tanto la forma como el momento fueron criticados desde el canal, considerandola como una operación política.
Rodrigo Cid, periodista y presidente del sindicato de trabajadores de TVN, sostiene a El Ciudadano que la renuncia es un hecho político porque «es el último intento de la derecha por tirar el mantel para derribar el proyecto de capitalización y la creación del canal cultural» y que «creemos que fue una acción coordinada y que va más allá de los tres directores, siendo consultado a alto nivel previo a su ejecución».
«En la medida que se logre estabilidad financiera y volver a posicionar el canal como relevante para la sociedad, creo que se debe dar esa discusión: qué tipo de tv pública queremos, cómo la queremos financiar», recalca el dirigente respecto del futuro de la estación pública.
¿Cómo se analiza desde los trabajadores la renuncia de los tres directores ligados a Chile Vamos y sus posibles consecuencias?
A nosotros como trabajadores estas renuncias nos toma por sorpresa, nos enteramos por la prensa. Consideramos que es una total falta de compromiso con el canal, con la televisión pública y da cuenta de que acá hay una maniobra política en curso, cuyo fin desconocemos pero que podemos presumir. Es el último intento de la derecha por tirar el mantel para derribar el proyecto de capitalización y la creación del canal cultural. Este es un hecho político más allá de la renuncia de estos directores, porque si estaban en desacuerdo con las acciones que tomaba el directorio podían haber renunciado antes o sino querían infringir un daño al canal pudo ser luego de que la ley se aprobara en el Congreso. El momento que se eligió fue el que consideraron como mayor complejidad del canal, ad portas de la votación en el parlamento.
¿La negativa votación de Chile Vamos es reflejo de esta renuncia?
De hecho, está más que claro. Chile Vamos hizo propia la postura de estos directores y anunció su rechazo a lo que restaba del informe de la comisión mixta, por lo que no nos sorprende. Creemos que fue una acción coordinada y que va más allá de los tres directores, siendo consultado a alto nivel previo a su ejecución.
¿Creen que es una operación que apunta a pavimentar el camino a una posible privatización de TVN?
Ese es el temor que tenemos. Durante casi toda la discusión parlamentaria, Chile Vamos nunca ha estado del todo convencido de la televisión pública, de este proyecto y su necesidad para el país o de la importancia que tiene para la sociedad. A regañadientes han aprobado algunos artículos referidos a la capitalización o al canal cultural, pero nunca han estado dispuestos a apoyar esa iniciativa. Por lo mismo, no nos sorprende esa forma de actuar y creemos que el hecho que hayan manejado las cosas de esta manera habla de que podemos estar frente a un camino hacia la privatización. Recordemos que durante el primer gobierno del presidente Piñera se liquidó el diario La Nación, por lo que tenemos el antecedente de un medio público que termino desapareciendo. Ese antecedente nos preocupa.
Si bien la derecha busca a poner fin de la televisión pública, desde el actual oficialismo tampoco se ve mucha voluntad, ¿el mundo político no está conectado con esta figura?
Por lo que hemos recogido de los distintos sectores políticos sobre el tema de televisión, hay total correspondencia y están todos de acuerdo en que acá la televisión está entregada casi en su totalidad al capital privados, sean grandes grupos económicos o internacionales, y la televisión pública tiene que moverse en ese ámbito. En los últimos 25 años no había recibido un aporte de capital de su dueño, el Estado de Chile, y consideramos que en la situación de emergencia que vive TVN, en términos de audiencia y financiera, esa discusión nos impide poder revisar el modelo de tv pública que queremos.
¿Luego de este tránsito legislativo debe darse esa discusión?
En la medida que se logre estabilidad financiera y volver a posicionar el canal como relevante para la sociedad, creo que se debe dar esa discusión: qué tipo de tv pública queremos, cómo la queremos financiar, quién está dispuesto a pagarla, qué contenidos deberían ser financiados por fondos públicos, cómo debiera estar compuesto el directorio. Esto es importante, porque el directorio del canal responde al binominalismo de 1992 y, por lo tanto, se debe abrir el espacio para que nuevas visiones puedan compartir su conocimiento desde el mundo de la cultura, las artes y la política. Pero dada la situación de emergencia que tenemos no podemos llevar a cabo.
¿Esa discusión no debe tener plazos acotados?
No, por supuesto. En el actual escenario, si el proyecto no se aprueba el canal estará en una situación muy complicada antes de mediados del próximo año, por tanto, para ahora entrar a los montos que se requieren ni al modo o las visiones que deben imperar en la televisión que queremos construir. Es una discusión que debemos dar y no quiero dejar pasar la oportunidad de recibir la capitalización y mantener el funcionamiento de canal privado. Se necesita esa discusión sobre la tv pública pero hoy no es el momento.
«El único medio público que queda es TVN»
¿La interna de TVN como vive los vaivenes políticos y legislativos que la afectan?
El ambiente, luego del proyecto en la Cámara de Diputados de alguna forma es un respiro. La Cámara aparecí como la instancia más compleja, aunque hay incertidumbre en el futuro porque el 2017 no fue un año bueno para TVN en rating e ingresos, operando con pérdidas todos los meses. Hay cierta esperanza de que una vez aprobado los proyectos se pueda volver al estatus que tenía el canal. Lo peor que nos puede pasar es convertirnos en un canal irrelevante. Como trabajadores lo hemos pasado bastante mal, hemos perdido a casi 400 compañeros en los últimos 3 años, se han tomado decisiones dolorosas que han impactado en la labor del canal. Y la renuncia de los directores no provocó decepción, porque o nos hundimos todos o nos salvamos todos, pareciera que cuando se hunde el barco hay que arrancar o que si hay intereses ministeriales es mejor correr.
¿TVN naufragó en la lógica de Tironi de no tener política comunicacional como Estado?
No, eso es medio simplista. El canal ha tenido sombras y luces, en su momento tuvo capacidad de poner pantalla programas que hasta hoy son recordados como El Mirador, El Show de los Libros, Ojo con el Arte, que mostraban la diversidad cultural del país cosa que no se había hecho, el noticiero recuperó su credibilidad pérdida en dictadura. Pero ha debido salir a competir, sufrir los vaivenes del mercado pero la forma que se encontró en 1992 para mantener su autonomía editorial. Ahora hay que discutir como mantenemos esa autonomía sin depender de los avatares del mercado, de la publicidad o del rating, esa es la discusión que debemos dar.
Pero se debe entender a TVN como parte de una plataforma de medios públicos que no existe
Claro, el único medio público que queda es TVN y puede funcionar como generador de contenidos de multiplataforma. Podría dotar a la sociedad de herramientas en terminos comunicacionales para que pueda tomar decisiones, que además garantice el pluralismo y la construcción de una identidad. Lo ideal es que quede garantizado en una ley.
¿Un primer paso es la señal cultural?
Ha sido muy criticada por muchos sectores, que dicen que como se va tener una segunda señal cuando la primera señal se encuentra con tantos problemas. Primero se debe aclarar que se establece un presupuesto de US$ 18 millones para crear esta señal para ponerla en marcha y se establece un presupuesto para su funcionamiento, que será separado de la señal principal. Ese canal va a venir a reprar una deuda enorme con los niños, por ejemplo, que no tienen contenidos de calidad que no son rentables para la tv privada. Esto permite que el acceso a la televisión sea democrático, que no sea necesario tener cable o pagar por eso.
¿Cómo proyectan el escenario de TVN en el siguiente gobierno?
Nos gustaría saber que piensa Chile Vamos de la televisión pública. La salida de estos tres directores es una señal de alerta sobre lo que están pensando para ejecutar a partir de marzo. Nos gustaría saber cuál es el proyecto que tiene el gobierno, lo que es una absoluta incógnita.