El próximo lunes 5 de enero, los integrantes de la Comisión de Salud del Senado comenzarían a revisar las indicaciones presentadas al proyecto que incorpora a la enfermedad celiaca y al gluten en la legislación sobre composición de los alimentos y su rotulación.
El acuerdo lo adoptaron los legisladores en su última sesión, de manera que podrán ir analizando cada uno de los cambios realizados al texto en segundo trámite.
En la sesión del 15 de diciembre, los congresistas aprobaron por unanimidad, la idea de legislar. En la ocasión, todos coincidieron en que es imperioso entregar tranquilidad a miles de chilenos que viven con esta condición crónica.
La Comisión escuchó a la presidenta de la Organización de Celíacos Araucanía, Lorena Betanzo; y al director de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), Jaime Tohá. Ambos hicieron énfasis en la urgencia de esta ley pensando en las graves consecuencias que genera en los pacientes celiacos desconocer que están consumiendo gluten o no contar con los medios para adquirir este tipo de productos.
La presidenta de la Organización de Celíacos Araucanía, Lorena Betanzo explicó que la canasta básica del celiaco es mucho más alta que la normal. “El kilo de pan de trigo vale mil 500 pesos, en cambio 480 gramos de pan sin gluten cuesta cuatro mil 500 pesos. Sé que ustedes como senadores, no pueden influir en los precios pero sí en el etiquetado”, graficó.
“Como pacientes solo podemos asegurarnos que un alimento no tiene gluten usando internet, entrando a las páginas certificadas, pero muchísimas personas no tienen acceso a esa información. Nosotros solicitamos un sello que nos permita tener certezas y una góndola exclusiva en los supermercados. Hoy no hay un menú libre de gluten en colegios, universidades, hospitales y cárceles”, describió.
En tanto, el director de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), Jaime Tohá indicó que “el 2018 se implementó el programa para celiacos vulnerables. Los beneficiarios reciben desayunos con productos libres de gluten y además se entregan alimentos perecibles y no perecibles a las familias para evitar la contaminación cruzada. Nuestra línea de producción no permite asegurar que no haya esa contaminación, por eso las familias preparan los almuerzos para que los niños se lleven a la escuela”, declaró.
El proyecto apunta a transparentar la presencia de gluten en los alimentos, estableciendo además que “los supermercados deberán disponer de góndolas exclusivas para la oferta de productos aptos para personas con intolerancias alimentarias, como aquellos sin gluten para los enfermos celíacos, debiendo resguardar la posibilidad de contaminación cruzada.
Los establecimientos que expendan alimentos preparados deberán informar a través de sus cartas, vitrinas o similares, respecto de los contenidos en sus preparaciones, a lo menos la cantidad de energía, azúcares, sodio, grasas saturadas, gluten y los demás que el Ministerio de Salud determine, debiendo contar siempre con oferta para personas con intolerancias alimentarias, como los enfermos celíacos.
En las licitaciones que tengan por objeto proveer de servicios de alimentación a establecimientos de educación parvularia, básica y media, administrados por la JUNAEB, las bases de licitación deberán considerar las necesidades y restricciones que presentan los estudiantes que padecen enfermedades por intolerancias alimenticias, como la enfermedad celíaca”.