El 9 de julio de 2023 se produjo la rotura de un ducto de relaves de Minera Las Cenizas, lo que provocó escurrimientos de este desecho tóxico en la provincia de Petorca.
Desde la agrupación No Más Relaves de Peñablanca comentaron que “esta situación ha pasado en más de una oportunidad, tuberías que se rompen sobre todo en ese sector. Por otro lado, no hay educación respecto al tema, y la población no alcanza a dimensionar lo que puede llegar a pasar con un desborde de relave. Ni siquiera creen posible que el relave se puede desbordar. Sin embargo, hemos visto lo que puede llegar a suceder, hemos visto las consecuencias en nuestra tierra, nuestros animales, el agua y nuestros propios cuerpos”, explican.
Por otra parte, está el factor que hace referencia a la poca credibilidad que tienen las autoridades en la población.
“Se nos ha mentido sistemáticamente y eso ha generado una desilusión muy grande. Es más, se normalizó el hecho de no tener agua potable hace más de un año. De hecho, la gente no consume su agua porque no cree que sea agua ‘limpia’, normalizando comprar agua para el consumo. Creemos que es una falta gigante a nuestros derechos humanos”, aseveran.
Y no es un caso aislado.
El martes 30 de mayo del año 2022, Minera Los Pelambres confirmó la rotura de una de sus tuberías del sistema de transporte de concentrado de cobre, a la altura de Llimpo, en la comuna de Salamanca, afectando al Río Choapa.
Aunque la empresa indicó que el hecho no habría afectado a las aguas superficiales del río, las manifestaciones de la comunidad de la Región de Coquimbo afectada por esta rotura no se hicieron esperar.
En esa oportunidad, la diputada Nathalie Castillo emplazó a Los Pelambres a reinvertir sus utilidades en la localidad: “Son años de zona de sacrificio y saturación, y lo que corresponde (a vecinos y vecinas) es su derecho a vivir dignamente”, afirmó la parlamentaria.
Pero este es sólo un caso de muchos que no se visualizan a nivel nacional. El 1 de agosto de 2019 se produjo una emergencia ambiental a 32 kilómetros al norte de Copiapó, debido a una rotura del ducto de concentrado de hierro de la Mina Cerro Negro Norte, perteneciente a la Compañía de Acero del Pacífico, más conocida como CAP.
La empresa indicó que “en ese sector no hay flora que pueda ser afectada, ya que es desierto…”. Sin embargo, es muy difícil determinar en primera instancia si existe o no daño, ya que la empresa no tiene (o no ha informado) el dato de la cantidad exacta que se derramó tras la rotura. Y, científicamente, se ha confirmado que el polvo de concentrado de hierro es muy perjudicial para la salud.
En efecto, la “Enciclopedia de Salud y Seguridad en el trabajo” plantea que “los riesgos industriales relacionados al hierro y acero son diversos”. Explica, por ejemplo, que se puede producir la inhalación de polvo o humos de hierro en las soldaduras con arcos eléctricos, en el triturado, en el abrillantado y en el rascado de calderas. Y si se inhala, el hierro es un irritante local para pulmones y tracto gastrointestinal.
Además, los experimentos en animales indican que el polvo de óxido de hierro podría actuar como una sustancia “co-cancerígena”, favoreciendo el desarrollo del cáncer cuando se combina simultáneamente con la exposición a sustancias cancerígenas.
Dicho esto, la CAP sigue el patrón de bajar el perfil al accidente, afirmando de manera categórica que no hay daño tras esa rotura. No olvidemos que esta misma empresa derramó más de 40 mil litros de petróleo en Isla Guarello (Magallanes), provocando otro accidente ambiental, esta vez, de enormes proporciones.
Tras este contexto, Fundación Relaves (www.fundacionrelaves.org) quiso ahondar en el tema de los accidentes mineros relacionados a roturas de ductos de desechos mineros en Chile en los últimos 8 años, dando cuenta que son más comunes y periódicos de lo que parece.
Y se mantiene un patrón: Se rompe el ducto, se derraman desechos tóxicos mineros en las cuencas de ríos cercanos o territorios aledaños, y luego aparece la empresa responsable declarando públicamente que “no hay daño ambiental ni a las personas”.
Casos emblemáticos
07 de febrero de 2016: Rotura de Ducto de Relaves. Empresa: Angloamerican. Sector: Fundo Santa Filomena, Río Colina.
Este es un caso muy emblemático, pues sigue el patrón antes mencionado al pie de la letra. A la altura del kilómetro 34 del ducto de transporte de mineral -que conecta la mina Los Bronces con la planta de relaves Las Tórtolas- se produjo la rotura del ducto de relaves de la empresa. “La pulpa filtrada en este incidente contiene material rocoso molido y mezclado con agua, y no se trata de relaves del proceso minero“, aseguró públicamente Angloamerican. Básicamente, dijeron que era “agua con rocas”.
Habitantes de la zona convocaron a una manifestación contra la empresa 5 días más tarde, para expresar su descontento frente a la reacción y declaraciones de la misma, con el lema “no más aguas contaminadas”. Por su parte, César Padilla, experto del Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, aseguró que “la pulpa para relaves es altamente contaminante, y estamos en presencia de una situación de contaminación incontrolable, por lo que la minera intentan bajar el perfil”.
Padilla tenía razón: cuatro meses después, un estudio de muestras de suelo y agua del Río Colina, realizado por el Colegio Médico el mismo día del evento, reveló la presencia de gran contaminación con metales pesados. Los resultados mostraron altos niveles de manganeso fuera de rango, es decir, 12,76 veces del parámetro que se establece en la calidad del agua para distintos usos, como regadío y bebida para animales.
25 de febrero de 2016: Rotura de ducto de Relaves. Empresa: División Andina Codelco. Sector: Los Andes (Río Blanco)
La rotura de una cañería en las faenas de Codelco Andina, en la ciudad de Los Andes, provocó un derrame en el Río Blanco. Por lo mismo, autoridades del SAG, de la Onemi y la DGA llegaron hasta el lugar para verificar el daño ambiental y en la salud en el río Aconcagua.
La empresa aseguró que “se desarrollan todas las acciones necesarias para investigar las causas del hecho y desarrollar las acciones correctivas que sean necesarias”. Pero, dos meses después, la misma división de Codelco vivió otro hecho similar.
19 de abril de 2016: Rotura de canaleta que transporta relaves entre la División Andina y el Tranque Ovejería. Empresa: División Andina Codelco. Sector: Provincia de Chacabuco (Región Metropolitana).
La empresa reconoció que “se cometió el error” al enviar relaves luego de que se dañara una canaleta producto de las lluvias. La estatal explicó que realizó la inspección de la canaleta dañada, y comprobó que “por los rastros existentes en el lugar, una cantidad acotada de relave se filtró por el tramo dañado, escurriendo por una quebrada”.
04 de agosto de 2016: Rotura de Ducto de Relaves. Empresa: Minera Collahuasi. Sector: Localidad de Ujina, al interior de Iquique.
Según reportaron medios locales, se produjo un derrame de concentrado de cobre. Una vez ocurrido el accidente, la empresa cuprífera procedió a paralizar de inmediato los trabajos de la planta. Collahuasi informó horas después que la situación fue “controlada”, aunque no hay información sobre cómo se controló, ni la cantidad de material tóxico que se derramó.
20 de marzo 2018: Rotura de Ducto de Relaves. Empresa: Minera Lumina Cooper Chile. Sector: Río Ramadillas, Región de Atacama. Tranque de Relaves La Brea.
Según detalló la empresa, una fracción del derrame entró en contacto con un canal de contorno con que cuenta el depósito para desviar aguas que escurren naturalmente en el sector y que descarga en el cauce del Río Ramadillas.
La compañía dijo “lamentar” el incidente, enfatizando que el depósito se mantiene en una condición estable y de operación segura. Sin embargo, cabe dudar, en vista que esta aseveración de “segura operación” no fue acompañada de información sobre cómo se reparó el ducto, ni la cantidad de material tóxico derramado.
30 de diciembre de 2018: Rotura de ducto de Hierro. Empresa: Mina Cerro Negro Norte, de empresa CAP. Sector: Caldera.
La empresa comunicó que en su ducto minero subterráneo (concentraducto) -que transporta mineral de hierro en forma de pulpa desde Cerro Negro Norte hasta el Puerto Punta Totoralillo, en la comuna de Caldera- tuvo una rotura, generando un vertimiento de dicho material en la servidumbre del ducto.
Como siempre, desde la empresa dijeron que “no es una situación que implique riesgo alguno para las personas o el medio ambiente”. Otra vez la CAP.
23 de enero 2019: Rotura de Ducto de Relaves. Empresa: División Andina de Codelco. Sector: Río Blanco, Región de Valparaíso.
El rompimiento del ducto ocurrió en las cercanías del kilómetro 15, al interior del área industrial de la cordillera. “Advertidos estos hechos, se activaron los protocolos de emergencia de la empresa: se detuvieron inmediatamente las operaciones de dichas instalaciones hasta no tener la certeza de que pueda operar en condiciones seguras”, sostuvo la compañía.
Sin embargo, no hay información o registro de la cantidad del material derramado, de sus compuestos o metales pesados presentes, o del posible daño ambiental. Peligroso, sobre todo pensando que el Río Blanco es afluente del Aconcagua.
24 de julio 2019: Rotura de Ducto de Relaves. Empresa: Atacama Kozan. Sector: Barrio Industrial de Paipote, Región de Atacama.
La empresa indicó que la rotura de un ducto implicó el derrame de material que transportaba hacia el relave que mantiene en Paipote.
La Seremi de Minería comentó en la oportunidad que espera “que esto no vuelva a ocurrir”, luego de que la compañía reconociera la rotura de ductos que transportaban relaves al embalse Las Breas, que fueron vertidos al río.
¿Qué pasa hoy?
Con este contexto, cuesta creer que no hay daño, ya que, primero, nunca se informa o transparenta la cantidad de material derramado, y, segundo, tampoco se sabe a ciencia cierta cómo controlan que estos desechos no lleguen a cauces de ríos más grandes, que alimentan la agricultura de varias zonas del país.
De hecho, durante la pandemia (2020, 2021 y parte del 2022) no se “reportó” ninguno de estos accidentes, lo que no significa que no hayan existido, sino que simplemente “quizás no fueron informados”.
Frente a estos hechos, constantes y periódicos, nos preguntamos: ¿Quién se hace cargo?
Cuando la empresa minera dice que “la situación está controlada”: ¿Qué significa? ¿Cómo controlan un derrame de este tipo?
Y algo fundamental: ¿Cómo la minería chilena se prepara para PREVENIR este tipo de accidentes?
Por Pía Vergara Rubio
Periodista Fundación Relaves
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