Pero, ¿se está saliendo del closet cuando se reconoce determinada orientación sexual?. Si bien la analogía hace referencia al tener algo oculto, se está saliendo de prejuicios y represiones que en la sociedad se hacen más que evidentes y no tienen nada de escondidos.
Violentos ataques homofóbicos lo demuestran, uno de los casos más conocido y deplorable es el de Daniel Zamudio quien murió el año 2012; a consecuencia de las múltiples lesiones que le dejaron las 4 personas que lo golpearon. Tras este hecho la promulgada ley que busca sancionar todo acto de discriminación lleva su nombre.
También, es visible en las cifras que muestran la discriminación que han recibido las personas chilenas transexuales, lesbianas, intersexuales, gays y bisexuales. En el ámbito laboral o educacional ha afectado al 23.4%, en el familiar al 15.7% y el realizado por amigos/as al 3.5%. Por otra parte, y lamentablemente quienes han sido objeto de esta discriminación en todas las dimensiones es el 11.2%.
En el contexto del ciclo de cine y definiendo su objetivo, David Ceballos, coordinador de la Comisión de Cultura de la Fundación Iguales mencionó: “Queremos sensibilizar a la audiencia sobre las problemáticas que aún vivimos al asumir nuestra orientación sexual. Cuando esta decisión se toma en la adultez, los temores son – tal vez- aún más agudos: perder el trabajo, un potencial rechazo social y otras dificultades a nivel familiar y amistoso”.
Se busca sensibilizar sobre un tema que pese a, siempre haber sido signo de respeto, constantemente no lo ha recibido; las diversas orientaciones sexuales no debiesen ser cuestionadas u objeto de intolerancia. Una sociedad que homogeniza, pierde grandes posibilidades de disfrutar de lo distinto, ¿Para qué parecernos a empresas que hacen producción en serie?, si está la opción de no tratarnos como objetos y construir diversidad.