Tras un extenso debate -que fue precedido de una intensa discusión sobre la decisión que habían tomado previamente los comités de derivar el proyecto a la Comisión de Constitución y no votarlo hoy-, finalmente la Sala del Senado aprobó en general, con 30 votos a favor y 2 abstenciones, la iniciativa que amplía el femicidio y que busca incluir esta tipificación del delito a las relaciones de noviazgo y pololeo.
El proyecto, conocido como «Ley Gabriela» -en recuerdo de Gabriela Alcaíno y su madre, Carolina Donoso, quienes fueron asesinadas por un ex pololo de la joven-, fue remitido a las comisiones unidas de Constitución y de Mujer para que sea analizado en particular y se hagan llegar las indicaciones en el plazo máximo de una semana.
Esta decisión se tomó tras un acuerdo de la Sala del Senado que revirtió la decisión que habían tomado los comités (con excepción del PS y la DC) de remitir la iniciativa a la Comisión de Constitución antes de votarla hoy en el hemiciclo.
Lo anterior generó la airada molestia de los familiares de Gabriela que se encontraban en las tribunas y también de algunos parlamentarios que consideraron que las diferencias sobre el proyecto debían resolverse en la Sala y no en Comisión.
Finalmente, se decidió votar la iniciativa en general, oportunidad que sirvió para plantear las diferencias en torno al proyecto que además de ampliar la figura del femicidio, lo establece por razones de género, ambos delitos con penas de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado.
Las principales diferencias radican en que algunos sostienen que la iniciativa afecta la igualdad de hombres y mujeres ante la ley, y también que existirían problemas en torno a la proporcionalidad de las penas. Los parlamentarios que están por esa idea, aseguran que no se puede dar el caso en el que se aumenten las penas cuando la víctima sea una novia o polola, y no pase lo mismo cuando se trate de un hombre en la misma condición.
En tanto, hay quienes sostienen que la ley no es matemática y que existe una desigualdad evidente entre hombres y mujeres, avalada por un «sistema patriarcal», por lo que el desequilibrio está en los hechos y no en la ley. También señalan que los actos de violencia contra las mujeres han sido permanentes durante muchos años y lo que se pretende es generar un cambio cultural.
Fuente: Senado