El Senado aprobó esta tarde la idea de legislar sobre el controvertido e insuficiente proyecto de Reforma Laboral por 22 votos a favor y 14 en contra en su segunda jornada de debate.
La Cámara retomó la mesa sobre la polémica iniciativa en una sesión marcada por la acentuada división entre senadores oficialistas y de la oposición. Los puntos más calientes de la discusión se han centrado en torno al reemplazo en huelga y a la titularidad sindical, que establece que los grupos de trabajadores sólo podrán negociar cuando no exista una organización sindical constituida.
Otro aspecto cuestionado es que mientras el oficialismo defiende que es necesario que los trabajadores sindicalizados sean los beneficiarios de la negociación, para la oposición ésta es una medida de presión que obligará a los empleados a formar parte de los sindicatos.
La senadora de la UDI Jacqueline Van Rysselberghe, apuntó que aunque “el proyecto parte de la idea que la mayoría de los trabajadores necesita sindicalizarse, en los países de la OCDE los niveles de sindicalización son similares a los de Chile”.
En el turno de la Nueva Mayoría, Isabel Allende (PS) afirmó que “no hay huelga efectiva si hay reemplazo” y que su apuesta es precisamente por “una huelga efectiva”. La socialista preguntó retóricamente “cuántas veces tenemos que escuchar el mismo discurso: que esto es la paralización de las empresas”.
Por su parte, el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) explicó que “el crecimiento de Chile se reparte de manera desigual porque el 30% de lo que el país crece en un año se lo lleva el 1% de población”. “De eso trata esa reforma laboral”, sentenció.
En su intervención, Carlos Montes (PS) indicó que “la sociedad que hemos construido postdictadura trata mal al trabajo y a los trabajadores”. Y recriminó que “muchos han ganado harto con esta situación, en particular el retail.” Sobre el reemplazo en huelga, señaló que “la sustitución vuelve inoperante” el paro y recordó algunos casos, como el de las farmacias Cruzverde en 2014, en los que el reemplazo bloqueó la lucha de los trabajadores.
Esta Reforma es considerada insuficiente por los trabajadores, quienes observan en el documento grandes déficits y falta de cambios estructurales para avanzar en sus derechos. Algunos de los puntos de desacuerdo son la necesidad de incorporar la negociación por ramas, los pactos de adaptabilidad o los servicios mínimos.
El texto pasará ahora a su tercer trámite nuevamente a la Cámara de los Diputados.
Meritxell Freixas
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