El pasado 3 de agosto, los trabajadores de la empresa de televenta de seguros CallSouth paralizaron sus actividades en respuesta a la rígida postura de la compañía, la que calificaron no solo de “extremadamente soberbia y un total desprecio a sus trabajadores”, sino también “un insulto a la inteligencia de los trabajadores”, toda vez que la compañía argumenta que no puede acceder al petitorio porque “no hay dinero” para sustentarlo.
Así lo señalan Lorena Bustos y Andrés Castillo, presidenta y secretario del Sindicato N°1 de la Empresa CallSouth -perteneciente al Grupo MOK, con presencia en Chile, Perú y Colombia-, quienes detallan que la última oferta de su empleador se las hizo llegar el viernes pasado y es “exactamente la misma” que ya había rechazado el 98% de los afiliados al sindicato, iniciando así la huelga que ya entró en su segunda semana.
Los dirigentes cuentan que el proceso de negociación ha estado salpicado de irregularidades: el entorpecimiento del proceso de votación de la última oferta o huelga; la contratación de más 250 empleados entre junio y julio; y la animosidad de los empleadores hacia al sindicato manifestada desde que se constituyeron, en enero de este año, con rumores, amenazas solapadas, todo para “demonizar” no solo la sindicalización sino también “la huelga, engañando al trabajador, siendo que la huelga es una herramienta de presión que tenemos los trabajadores”, señaló Lorena Bustos.
En esencia, desde el sindicato solicitan aumentar en $18 mil su sueldo base y establecer bonos de locomoción y colación (que no tienen) de $18 mil cada uno, y un bono de término de conflicto (BTC) de $380 mil, ante lo cual CallSouth, dijo “no a todo”, aunque les ofrece un BTC de $67 mil bruto.
Pero los dirigentes insisten que incrementar el sueldo base es de suma importancia porque sus remuneraciones solo crecen con las comisiones variables: “El comisionista vive del variable, por lo tanto el sueldo jamás está seguro. El sueldo base es el mínimo legal”.
No obstante, el argumento para negarse a subirlo en $18 mil es que “no hay dinero”, cuenta Bustos, justificación que es rechazada por los trabajadores pues los números de la empresa son «muy azules»: “Aquí estamos hablando de una empresa que pertenece a un holding económico que tiene participación en tres países”, indican los dirigentes, quienes señalan que los cálculos financieros que ellos hacen no calzan con lo que dice la empresa: “No nos miremos la suerte entre gitanos: Aquí lo que buscan es insultar la inteligencia de los trabajadores”, puntualizaron.
En esta línea, explican que la apuesta de la empresa es por los ítems sociales del petitorio, pero ahí tampoco ofrecen lo que realmente se quiere. Por ejemplo, en el caso de muerte de un trabajador, la empresa les dijo que puede dar una especie de “bono compensatorio” pero lo que el sindicato solicita es que se pague a los familiares los años de servicio del trabajador al momento de fallecer.
“Finalmente es una plata que uno como trabajador espera que su familia reciba, o sea si yo me muero, no puede ser posible que la empresa no pague ni un peso, no le entreguen nada a mi familia”, precisa Andrés Castillo.
Sobre las condiciones laborales, la situación tampoco es muy distinta a las ya denunciadas por todos los trabajadores de la mayoría de los call center del país: “Entre cada llamada telefónica, uno no alcanza a pestañear y el jefe ya te está gritando. El sistema es gritar, gritar para que la gente llame, llame y llame”, cuenta Bustos, graficando con ello el clima de maltrato y hostigamiento laboral. Estas también fueron algunas de las razones que los llevo a constituir el sindicato.
Por ahora, los trabajadores están analizando la última oferta, pero desde el sindicato reiteran que, claramente, los empleadores “no están escuchando nuestros requerimientos legítimos”.
Fuente: Sindical