Una “evaluación crítica sobre su situación operacional, procesos y recursos”. Así justificó Minera Escondida, la principal faena cuprífera del mundo, el despido de 120 trabajadores, cerca del 3% de su planta.
El sindicato Nº1 reaccionó y criticó que la empresa de BHP fundamente la drástica medida aduciendo razones de productividad y reducción del número de equipos. “El Sindicato rechaza categóricamente los despidos, ya que no existen fundamentos reales y legítimos para esta decisión. En los últimos meses se ha contratado en todas las áreas a cerca de 60 nuevos trabajadores con contrato de duración indefinida, lo que contradice la necesidad de una reducción o racionalización de personal. Además, para el presente año se han aumentado significativamente las metas de producción, que suponen mayor uso de personal y equipos”, sostuvieron los trabajadores por medio de un comunicado.
A juicio del sindicato, “lo que termina definitivamente de demostrar la falsedad de los argumentos de la Empresa, es la circunstancia que las metas de productividad y dotación, que se fijaron oficialmente hace pocos meses, establecen incluso una mayor cantidad de trabajadores a los que efectivamente están en funciones, de forma que conforme a los propios y recientes planes de la Empresa no hay una sobredotación”.
En atención a las incoherencias detectadas por los trabajadores, desde el sindicato interpretan el despido masivo como una “represalia y amedrentamiento hacia los trabajadores, que constituyen prácticas antisindicales”.
El miércoles 22 de noviembre representantes del sindicato nº1 se reunieron con directivos de la empresa, pero la instancia no generó compromiso alguno para resolver la situación.
Es por esto que a las 8 de la mañana de este jueves, los trabajadores comenzaron una paralización de faenas por 24 horas. “Esta medida fue tomada por una serie de incumplimientos de la compañía. No ha dado respuesta en varias situaciones de abuso y maltrato laboral, además de situaciones legales que siguen infringiendo (…) Faltando menos de siete meses para una próxima negociación, entendemos que esto también puede ser una suerte de revanchismo o venganza, convirtiéndose en una suerte de persecución laboral”, afirmó Carlos Allendes, vocero del sindicato nº1.