Sobre la Agenda 2030 de la ONU y el Partido Republicano de Chile

José Antonio Kast, líder del Partido Republicano y miembro de la Fraternidad de Schoenstatt, al responder a una pregunta periodística ha señalado: “Si estás preocupado de la Agenda 2030 lee el texto (de Constitución) propuesto y te vas a dar cuenta de todo lo que se hace para impedir que la Agenda 2030 ideologice a nuestros niños, que es por donde primero entra”.

Sobre la Agenda 2030 de la ONU y el Partido Republicano de Chile

Autor: Hervi Lara

I

La Asamblea General de la ONU ha adoptado la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Se trata de un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Además, tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. El documento ha sido aprobado por los Estados miembros en una resolución que reconoce que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza; que, sin lograrlo, no puede haber desarrollo sostenible.

La Agenda 2030 plantea 17 objetivos con 169 metas que contemplan, de manera integrada e indivisible, los ámbitos económico, social y ambiental. Los Estados se han comprometido a movilizar los medios necesarios para su implementación mediante alianzas centradas en las necesidades de los más pobres y vulnerables: “Estamos resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”.

Los 17 Objetivos de la Agenda fueron elaborados durante más de dos años de consultas públicas, interacción con las sociedades civiles y negociaciones entre los países. Dado que cada país enfrenta retos específicos en su búsqueda de desarrollo sostenible, los Estados tienen soberanía sobre sus riquezas, recursos y actividades económicas. Por tanto, cada país podrá fijar sus propias metas nacionales, apegándose a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y que son los siguientes: 1) Fin a la pobreza. 2) Hambre cero. 3) Salud y bienestar. 4) Educación de calidad. 5) Igualdad de género. 6) Agua limpia y saneamiento. 7) Energía asequible y no contaminante. 8) Trabajo decente y crecimiento económico. 9) Industria, innovación e infraestructura. 10) Reducción de las desigualdades. 11) Ciudades y comunidades sostenibles. 12) Producción y consumo responsables. 13) Acción por el clima. 14) Vida submarina. 15) Vida de ecosistemas terrestres. 16) Paz, justicia e instituciones sólidas. 17) Alianzas para alcanzar objetivos.

II

Durante 2022, Chile vivió un proceso constitucional auténticamente democrático a través de la Convención Constitucional. De allí emanó una propuesta de Constitución como una guía para acompañar las decisiones de la sociedad, de tal manera que ésta hubiere podido avanzar, crecer y desarrollarse con más democracia; de manera inclusiva; con libertad de pensamiento y de expresión; con igualdad de género; protegiendo la naturaleza y el medio ambiente; con real descentralización; con una economía responsable y justamente distribuida; con garantías de los derechos de todos; con horizontes de futuro de la niñez y de la juventud. Todo lo entonces propuesto se encuentra contenido en la Agenda 2030. En consecuencia, las acusaciones de improvisación y de sesgo son aseveraciones falsas y que acusan una profunda ignorancia política de parte de quienes las han formulado. La propuesta de la Convención Constitucional de 2022 fue reconocida por los mayores pensadores del mundo. No obstante, fue rechazada por la mayoría de los ciudadanos que acudieron a votar, aunque un 40% reconoce que lo entonces elaborado tiene hoy mayor vigencia, especialmente si la Agenda 2030 de la ONU se difunde y se asume como programa político.

III

Hoy, sectores retardatarios han propuesto una Constitución que rememora la Constitución de 1833, manifestando añoranzas por el autoritarismo y la figura de Diego Portales, “mentor intelectual” del pinochetismo. Está diseñada para “los verdaderos chilenos”, de acuerdo a los dichos por la presidenta del Consejo Constitucional. Es así también cómo Luis Silva, representante del Partido Republicano de José Antonio Kast y delegado del Opus Dei en el reciente Consejo Constitucional, respecto de su propuesta ha señalado: “Me habría encantado que dijera aquí (en su propuesta de Constitución) que la ONU no tendría injerencia en Chile, pero no lo dice”. Y agrega que en relación al globalismo y la Agenda 2030, su propuesta “es mejor”. Por su parte, José Antonio Kast, líder del Partido Republicano y miembro de la Fraternidad de Schoenstatt, al responder a una pregunta periodística ha señalado: “Si estás preocupado de la Agenda 2030 lee el texto (de Constitución) propuesto y te vas a dar cuenta de todo lo que se hace para impedir que la Agenda 2030 ideologice a nuestros niños, que es por donde primero entra”. El presidente del Partido Republicano, Agustín Squella, ha afirmado: “Los padres son las personas primeramente llamadas a determinar cuál es el interés superior de los niños. Ese resguardo queda en la Constitución (de los Republicanos) porque lamentablemente los que promueven esa Agenda 2030 no lo entienden así y creen que tiene que venir un burócrata del Estado o un tribunal de justicia”. (…) Para continuar amenazando que con su propuesta “yo tengo un elemento constitucional para ir a la autoridad pública y exigirle que cumpla con la Constitución. Yo puedo ir y acusar al Ministro de Educación por infringir la Constitución si es que no está restableciendo el orden de un establecimiento que esté tomado”.

IV

Pareciera que hundir a un pueblo en la ignorancia y el desaliento es el cierre de un círculo perverso. Así obra la dictadura visible del poder político y también la invisible de los verdaderos intereses ocultos, que se han adueñado de los recursos y de la capacidad de opinar y de pensar. Son estos intereses los que desconocen la Agenda 2030, cuyo contenido es la aspiración a la construcción de un mundo en el que todos tengamos cabida. Para ello se necesita diálogo amplio, sereno y profundo que permita ahondar en preguntas que son fundamentales. Al respecto, dice el Papa Francisco en la reciente exhortación apostólica “Laudate Deum”: “Ojalá quienes intervengan puedan ser estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas. Ojalá muestren así la nobleza de la política y no su vergüenza. A los poderosos me atrevo a repetirles esta pregunta: ¿para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo”. (LD, 60).

Por Hervi Lara B.

Santiago de Chile, 20 de noviembre de 2023.


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