Hasta Morandé 25 llegaron este martes diversos artistas, autoridades de la U. de Chile y trabajadores del Teatro Nacional Chileno, para rendir homenaje al cantautor, actor y director teatral, Victor Jara. Así, uno de los cinco camarines del TNCH, llevará el nombre de quien fuera uno de los cultores de este arte en dicho teatro.
La ceremonia contó con la presentación del músico y decano de la Facultad de Artes de la U. de Chile, el profesor Fernando Carrasco, quien interpretó la canción Paloma quiero contarte de Víctor Jara, con quien trabajó en los años 1971 y 1972 en la obra La población y como integrante del grupo Huamarí.
“El TNCH está cumpliendo 80 años este año y no tenemos que olvidar que este teatro, más que un edificio, es una compañía de teatro que cumple 80 años y Víctor Jara sin duda fue una de las piedras fundamentales que construyeron este lugar”, destacó Cristian Keim, director del Teatro Nacional Chileno. “Dentro de las múltiples labores en que participó, dirigió Los invasores (1963) de Alejandro Sieveking, obra que se habló mucho a partir del estallido social por lo interesante y contemporánea”, agregó.
También acudió a esta homenaje el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, quien se refirió a la importancia de la universidad a nivel nacional, la implicancia desde sus inicios en el desarrollo de la cultura del país y el importante rol que ha tenido el TNCH en el teatro, lugar en donde Víctor Jara también realizó su trabajo creativo.
“Las cosas que nos causan emociones profundas son las cosas que merecen ser recordadas. Tiene perfecto sentido que nuestro cerebro, cuando hay emociones intensas, genere una memoria que perdura. Escuchar las canciones de Víctor Jara, nos lleva a recordar lo que fueron los años 60 y lo que era Chile hasta el momento del golpe de Estado. Fue tan feroz la dictadura que se instala en Chile, que dentro del dolor de lo que significa Víctor Jara y cómo muere, el punto es la brutalidad que fue necesaria para intentar detener lo que representaba”, dijo el rector.
También estuvo presente la destacada actriz nacional Mónica Carrasco, quien fue alumna de Víctor Jara y recordó el trabajo realizado durante el montaje de la obra Viet-Rock en 1969. “¿Qué recuerdo tengo de Víctor? Su carisma, su sonrisa, sus manos, siempre me llamaron la atención sus manos. Cómo movía esas manos, manos que después ya sabemos. Víctor era de esas personas que llevaba el teatro en el alma”, recuerda la actriz.
Tampoco faltaron palabras de estudiantes que actualmente cursan actuación y diseño teatral en el Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, quienes destacaron la creación del Festival Víctor Jara en 1999 y que continúa con los valores del director teatral como la memoria colectiva, la creación libre, inquieta, permanente y de compromiso con la realidad social.
Para finalizar, una parte de la próxima producción propia del TNCH –“Sala 13”- se presentó en el marco del homenaje a Víctor Jara, en donde su elenco compuesto por Daniel Alcaíno, María Paz Grandjean, Paloma Toral, Zarina Núñez, Marcelo Lucero y Tomás Henríquez, entonaron en conjunto la canción Luchín. Quien estuvo a cargo del cierre de la ceremonia fue el artista y actor egresado del Detuch Juan José Acuña con la canción Canto Libre.
Víctor Jara en el Teatro Nacional Chileno y en la U. de Chile
Víctor Jara nació en 1932 en la provincia del Ñuble, sur de Chile, y se crió hasta los 12 años en el campo con su familia. Tras estudiar dos años en un seminario de sacerdotes y terminado el servicio militar, Víctor ingresó al Coro de la Universidad de Chile y a los 24 años inició sus estudios de actuación y dirección en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile.
En 1956 formó parte del elenco de la producción del TNCH «Los geniales Sanderling» de Domingo Tessier y en 1958 actúo en la obra «La fierecilla domada» de Frank Mc Mullan. En 1959 dirigió su primera obra en el Teatro Nacional Chileno, llamada «Parecido a la felicidad» de Alejandro Sieveking, uno de sus grandes amigos y dramaturgo nacional. Realizó varias giras por países latinoamericanos con el montaje y en 1960 volvió a participar en la producción de un montaje del TNCH, esta vez como asistente de dirección de Pedro de la Barra en la obra «La viuda de Apablaza».
También dirigió otras obras del TNCH como «Los invasores» (1963) de Egon Wolff, «La casa vieja» (1966) de Abelardo Estorino, «Ánimas de día claro» (1961) y «La remolienda» (1965) de Alejandro Sieveking, en esta última obra también realizó la composición musical.
Hasta 1970 formó parte del equipo estable de directores del entonces Instituto de Teatro de la Universidad de Chile (ITUCH), además de trabajar entre 1964 y 1967, como profesor de actuación en la misma universidad. Se dice que por un tiempo vivió en uno de los camarines de al fondo del TNCH, uno de los cuales fue nombrado este martes 5 de octubre como Víctor Jara en su honor.
Mira el video de la ceremonia a continuación: