Por Álvaro Bustos Barrera
El estómago es un gran tirano y ya no es necesario partir a la tierra del Tío Sam para vivir la experiencia de comer una hamburguesa en plena Quinta Avenida de Nueva York en la zona de Brooklyn.
Hace unos días, mientras me encontraba editando unas fotos para un cliente de un restaurante, recibí vía mail una invitación a comer casi imposible de rechazar y que cualquier persona, me atrevería a decir, estaría dispuesta a aceptar a ojos cerrados.
A las 18:40 horas de una tarde aún calurosa de fines marzo, caminé rumbo al Hotel Four Points en Providencia, en calle Santa Magdalena #111 e ingresé a la Terraza Holley, uno de los dos restaurantes que mantiene la cadena en este sector, pues me habían soplado en una reunión de trabajo, que las hamburguesas elaboradas en la plancha de la cocina, eran de las mejores de la capital y qué mejor que comprobar en terreno esos rumores para “Sabores Ciudadanos”.
El lugar está específicamente en la calle, en un paseo entre General Holley y Santa Magdalena y cuenta con un espacio al aire libre que bien podría albergar a unas 50 personas de manera cómoda y relajada. En el mismo lugar, hay un carrito pequeño que surte de cervezas a los comensales y un DJ que pincha discos los jueves y viernes.
Tomé asiento en una de las mesas dispuestas y mientras miraba la carta en el código QR y pensaba en qué hamburguesa pedir, se acercó sutilmente una señorita de nombre Carmen, oriunda de Trujillo, localidad que se encuentra al norte de Perú. Esbozó una amplia sonrisa y me dio la bienvenida. ¿Quiere pedir algo para beber mientras escoge qué comer? “Podría ser una cerveza y la Hamburguesa Imposible, por favor”, le dije al momento que comenzaba a llegar más clientela en busca de una de las preparaciones más famosas del mundo y que es furor entre los más pequeños y otros no tanto.
La carta de estos “imperdibles” que tienen su origen en la ciudad alemana, en el puerto de Hamburgo, pero que rápidamente se masificó en Norte América con la llegada de inmigrantes germanos, tiene una gran oferta y atractivas rebajas los martes, con 50% de descuento; sí, leyó bien, todas las hamburguesas a mitad de precio… ¿atractivo o no? Allí, puedes escoger la que quieras: Hamburguesa a lo Pobre, Chilean Wey, Burger and Burger, Tex-Mex Burger, Tres Quesos, Hamburguesa BLT y sus opciones veganas, la Clasic Burger y Veggi Burger.
Pero no solo tendrás la oportunidad de comer a buenos precios, también existe una barra de cocteles y cervezas criollas (todas chilenas) que no puedes dejar de probar. También el clásico Pisco Sour, Ramazotti, Aperol, Mojitos, y Tequila, son algunos de los brebajes que te recomiendo pedir en el Bar 111, a un costado del restaurante, aunque para maridar este tipo de alimento es más conveniente una “birra” nacional, bien helada.
Como mencioné hace un rato, mi elegida para arrancar fue la Hamburguesa Imposible, con 150 gramos de carne (de vacuno por supuesto), lechuga, tomate, tocino, queso cheddar aromatizado al roquefort, algunas rodajas de pepinillos, aros de cebolla, BBQ, y cebolla caramelizada, acompañada de una buena porción de papas fritas rústicas ($11.500)
Transcurridos breves minutos, vi asomarse con paso seguro y lleno de lisura, a Carmen, mi anfitriona peruana, y quien traía mi pedido en sus delicadas manos. “Que la disfrute, señor”, lanzó en tono muy musical. Antes de aplicar el primer mordisco, saqué unas de las papas fritas del canasto metálico y me percaté que eran naturales, pues al probarla se sintieron de inmediato los sabores de la tierra, lejos de lo que uno puede comer en locales de comida rápida.
Tomé la hamburguesa con ambas manos, estiré el cuello hacia el plato y le hinqué el diente con las mismas ganas que puede llegar a tener un niño al probar su helado favorito. Debo reconocer que la mordida fue grande y abarcó gran parte de la preparación solicitada, donde de inmediato pude sentir el sabor de la carne bien aliñada, la frescura de la lechuga, el pepinillo y la crocancia de los aros cebolla con el tocino, sumado a la salsa barbecue que le daba un toque muy especial. 10 de 10, me dije.
Devoré la jugosa preparación en no más de 15 minutos y en mi estómago aún quedaba espacio para una segunda opción, por lo que hice una seña a la simpática Carmen, y me atreví a degustar la vegetariana. “¿Puede traerme la Veggi Burguer, por favor”? Me miró con algo de sorpresa y respondió: “De inmediato la comando”.
Finalmente llegó esta versión que incluye una hamburguesa de lentejas con betarraga, muy sabrosa, esponjosa y no reseca como suelen ser este tipo de preparaciones, que me sorprendió por su sabrosura, y que, junto a la remolacha, el pimentón rojo grillado a la parrila, el queso cheddar, más tomate, lechuga y salsa barbecue, logró un producto perfecto digno de ser destacado.
Luego de quedar satisfecho y con mi cinturón a punto de ceder, me pregunté: ¿cómo reconocer una buena hamburguesa? La respuesta podría parecer sencilla, no obstante, encontrar la receta perfecta requiere de varios factores. Uno de ellos, es elegir una buena carne de res molida, con un porcentaje de grasa de al menos un 20%, que le de sabor y no la deje tan insípida. Elegir productos frescos como acompañamiento y encontrar un pan brioche de textura suave, esponjoso, húmedo y de sabor fuerte, son otros de los requisitos.
Dicho esto, diría que Terraza Holley es una opción válida y que vale la pena conocer. Sus encargados quieren irrumpir en la escena de las hamburguesas con un producto de alto nivel y con promociones que cada vez sean más atractivas para los bolsillos. Acá podrás deleitarte con exquisitas preparaciones y pagar un precio justo, además de ser atendido como corresponde.
La idea, según me comentó después Daniel Gutiérrez, gerente de alimentos y bebidas, es “chasconear” el Hotel Four Point by Sheraton, y traer un alimento que tiene miles de adeptos en todo el mundo, incluyendo nuestro Chile querido. Desarrollar un concepto menos estructurado, menos rígido y abrirse paso en la comunidad que frecuenta el polo gastronómico de Providencia.
Otro punto a favor es que todos los ingredientes que utilizan en la preparación de las hamburguesas, son reciclables y biodegradables, lo que habla de estar acorde a los tiempos que corren, y seguir las tendencias de una cocina gourmet al alcance de todos, pero comprometida con el medio ambiente.
Evaluación: Muy bueno.
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