El Reglamento de la Convención Constitucional (CC) tiene una enorme importancia para que esta instancia esté a la altura de la construcción del nuevo Chile. Será la CC una vez conformada, la que establezca sus propias normas de funcionamiento y organización a través de un reglamento que defina sus quórum, rendición de cuentas, transparencia y vinculación a la sociedad civil.
Para asambleas y cabildos territoriales, este es un elemento fundamental para la legitimidad del proceso constituyente, tras las diversas barreras que se han evidenciado para la participación de la ciudadanía organizada y movimientos sociales. Un reglamento limitante, que no contemple la soberanía popular en sus normas de operación, será el golpe de gracia para este cuestionado proceso.
La reforma al capítulo XV de la actual Constitución (ley 21.200) estableció algunas limitantes para la CC, como el quórum de dos tercios (artículo 133), las sentencias judiciales previas y los tratados internacionales (artículo 135) y la figura de la reclamación ante la Corte Suprema (artículo 136).
A esto se suman algunas cuestiones más operativas para su funcionamiento, como la elección de una presidencia, una vicepresidencia y una secretaría técnica (artículo 133) y la duración máxima de la CC en 9 meses más una petición única de prórroga por 3 meses más (artículo 137).
Dichas limitaciones a la soberanía popular son las que harán más difícil concretar las demandas más sentidas de la gran mayoría de la ciudadanía. No obstante, si las mayorías políticas de la CC deciden modificar estos cerrojos a la autonomía constituyente, el problema será político y no judicial.
En esta línea, Territorio Constituyente, organización surgida de asambleas territoriales y cabildos del distrito 10, se encuentra elaborando una propuesta de reglamento para la CC basada en las inquietudes y propuestas desde los territorios. Con esta se pretende impulsar, promover, presionar y hacer posible que la Convención sea absolutamente soberana y que la elaboración de la nueva Constitución no se haga sobre la tinta invisible de las actuales leyes.
En el desarrollo de este II Encuentro, destacó el trabajo participativo de los y las asistentes. Un trabajo que tuvo como principal objetivo generar una discusión amplia acerca de diversas cuestiones relacionadas con la organización y funcionamiento de la Convención Constitucional, y lo más importante, su vínculo real con la ciudadanía.
La discusión, orientada por documentos que se elaboraron previamente, permitió instalar ciertas ideas comunes. «Entre las más relevantes, que la CC declare como un poder soberano frente a los poderes estatales vigentes; la de someter a un plebiscito aquellas materias que cuenten con el apoyo de la mayoría absoluta de los constituyentes, pero que no alcancen los 2/3; y que las propuestas ciudadanas sean obligatoriamente atendidas y sometidas a la deliberación de la Convención», explicó Eduardo Alvarado Espina, politólogo, PhD en Ciencia Política y miembro de la comisión de Programa de TC.
Debido a la horizontalidad que caracteriza a este tipo de organización ciudadana, surgida durante la revuelta popular y consolidada en pandemia, varias propuestas apuntaron a dar ese cariz a la CC. Así, surgieron propuestas para que su organización, tales como una mesa colegiada, paritaria, rotativa y territorialmente inclusiva, o mecanismos que obliguen a los constituyentes a escuchar y tramitar propuestas constitucionales que provengan de la sociedad civil. Al contrario, la figura de un presidente resulta en una estructura jerarquizada y vertical.
Cabe mencionar que la instancia contó además con la presencia de los candidatos constituyentes Pía Meza Ilabaca, de Territorio Constituyente, y Manuel Hidalgo, de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes; ambos de la lista «Movimientos Sociales: Unidad de Independientes» por el distrito 10.
Al culminar la jornada, Pía Meza expresó que “me deja muy feliz y esperanzada la participación de vecinos y vecinas para generar esta construcción colectiva, y pese a que sabemos que el camino no será fácil, seguiremos dando la lucha para que esta convención sea la asamblea constituyente que los pueblos exigimos”.
Manuel Hidalgo, por su parte, destacó “la experiencia de educación cívica y ciudadana orientada a propuestas y preguntas que permitieron una importante deliberación cada jornada, porque nos pone a pensar mantener no solamente para el 11 de abril el trabajo de los constituyentes, sino el trabajo de la ciudadanía en la Convención Constituyente, de manera de dar continuidad al proceso más allá de lo que está anclado por la ley 21.200”.
De esta manera se espera que los resultados de este encuentro permitan levantar propuestas que a su vez generen compromisos vinculantes con los y las candidatas a constituyentes, y de esta manera se asegure que la Convención Constitucional incluya demandas de participación colectivas que sean vinculantes para quienes se reúnan en el Palacio Pereira en los próximos meses.
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