Vía Sindical / El Bloque de Culturas, Artes y Patrimonio de la mesa de Unidad Social expresó su rechazo al Gobiermo por los recortes presupuestarios que los afectarán, agudizando la precarización laboral de trabajadores y trabajadoras de este sector.
La vocera de este bloque, Paloma Griffero, relató en entrevista con Sindical.cl, que han sido muy golpeados por la crisis sanitaria provocada por el Coronavirus, a esto se suma recortes presupuestarios que se calculan en 16 mil millones de pesos, dejando alrededor de 250 organizaciones sin trabajo.
“Este recorte ha afectado a diversos programas; artísticos, culturales, musicales y de patrimonio, los cuales no sólo acercan los bienes y servicios culturales a los sectores populares, si no además emplean a cientos de artistas, cultores y mediadores. Trabajadores independientes a honorarios que no son reconocidos por el Gobierno como trabajadores, pero igual cumplen una función pública”, puntualizó Griffero.
En este contexto, alrededor de 250 organizaciones del ámbito de la cultura se juntaron y gestionaron una carta abierta que expone estas dificultades, carta que ya ha sido firmada por alrededor de mil personas naturales y parte de colectivos. Dentro de los firmantes se encuentran la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, Anfucultura, la Sociedad de Escritores de Chile, el Sindicato del Coro Profesional del Teatro Municipal y artistas destacados como Malucha Pinto, Jorge Coulon (Int illimani), Rosita Ramírez (Gran Circo Teatro “La Negra Ester”) y Daniel Alcaíno.
“La precarización del ámbito laboral para miles de hombres y mujeres que son trabajadores y trabajadoras de la cultura no ha tenido una respuesta clara ni rápida por parte del gobierno. Los recursos anunciados por la ministra Valdés deben ser transparentados y se deben conocer en forma abierta los mecanismos para su distribución a quienes más lo necesiten”, señalaron en la carta abierta.
En esa línea, este bloque de la cultura propone que exista una política para proteger el empleo de sus trabajadores, que tenga como punto de partida el no recortar presupuestos de los programas que emplean a muchas personas.
“Solicitamos que la distribución de los recursos ‘reasignados’ debe ejecutarse con total transparencia. Deberían financiarse las organizaciones culturales que existen a lo largo del país, empleando a los miles de trabajadoras/es que trabajan en ellos y que desde el levantamiento popular, han dejado de percibir ingresos”, concluyó Paloma Griffero.
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