Trabajadores interponen denuncia por propinas impagas y malas condiciones laborales en cocinería participante de la Yein Fonda

Lo que para 38 jóvenes era la oportunidad de recaudar fondos para irse de vacaciones o aportar en sus hogares, terminó transformándose en una pesadilla: jornadas de trabajo de 17 horas, restos de carne dura como colación y la falta de transparencia respecto a las propinas terminaron motivando una serie de denuncias ante la inspección del trabajo. El restobar Dioniza, empresa que prestó servicios de cocinería en la Yein Fonda durante las Fiestas Patrias, está en el ojo de la polémica.

Trabajadores interponen denuncia por propinas impagas y malas condiciones laborales en cocinería participante de la Yein Fonda

Autor: Axel

«¿Quién se gana 500.000 pesos en cuatro días? Nadie, ¿verdad? Esta es la oportunidad».

Esas fueron las palabras con las que Juan Pablo López, dueño del restobar Dioniza, convenció a cerca de 40 jóvenes de pasar las Fiestas Patrias trabajando en la Yein Fonda, la tradicional peña santiaguina que año a año atrae a miles de chilenos y turistas para celebrar el día de la independencia nacional.

Sin embargo, lo que para algunos era la oportunidad de recaudar fondos para irse de vacaciones, financiar sus gastos universitarios o aportar en sus hogares, terminó transformándose en una pesadilla. El pasado martes, una veintena de garzones, parrilleros, cocineros e incluso supervisores se presentaron ante la Inspección del Trabajo para interponer una denuncia contra el dueño del restobar Dioniza por el grave incumplimiento de las condiciones laborales pactadas.

«LA PINTARON MUY LINDA»

Dominga, de 21 años años, estudia Derecho en la Academia de Humanismo Cristiano. Cuenta que vio un anuncio en redes sociales del restobar Dioniza y, como necesitaba la plata, se presentó a la reunión que tuvo lugar el 10 de septiembre en el local ubicado en Avenida Vitacura 926.

«En la entrevista nos prometieron una base diaria de $30.000 a los garzones y de $40.000 a los de barra y cocina. Además nos dijeron que, como mínimo, si es que nos iba horrible, íbamos a sacar entre $50.000 a $80.000 diarios de propina, pero que probablemente podíamos llegar hasta los $200.000 diarios», cuenta Dominga a El Ciudadano.

Lo anterior es ratificado por Benjamín, quien fue el vínculo entre los trabajadores y los dueños del restaurante y el encargado de coordinar a los equipos de trabajo durante los cuatro días que duró la Yein Fonda.

«En dicha reunión recalcaron que si es que la venta estaba mala íbamos a estar rescatando $70.000 diarios, y si es que la venta era buena podíamos llegar hasta los $200.000 diarios. Se nos dijo que el horario iba a ser desde las 11:00 de la mañana hasta las 2:30 de la madrugada, que la colación iba a ser un pedazo de carne, lo más probable con papas fritas, y que el horario de colación iba a ser de una hora y 30 minutos. La pintaron muy linda, muy muy linda», relata.

Los problemas comenzaron desde el primer día. Los trabajadores cuentan que la colación nunca fue gestionada, que se les daba permiso para salir a comer pasadas las 20:00 horas y no les permitían tomarse más de 30 minutos. La comida que les habían prometido tampoco llegó: el primer día les dieron una empanada de pino, al segundo día se les permitió comer el cerdo que utilizaban en los anticuchos y al tercero les sirvieron filamentos y membranas, carne dura que sobraba de la cocina.

En paralelo, los dueños cambiaron el horario de entrada de los trabajadores. En lugar de llegar a las 11:00 horas, como habían pactado, tenían que presentarse a las 09:00 de la mañana, acumulando jornadas de 17 horas continuas de trabajo.

Era un sacrificio tremendo, cuentan los trabajadores, pero la recompensa bien lo valía. En sus oídos resonaban las palabras de Juan Pablo: «¿Quién se gana $500.000 en cuatro días? Nadie».

UNA CIFRA INEXPLICABLE

Dos días después del término de las fondas, Juan Pablo se fue de vacaciones. A los trabajadores se les prometió que el dinero les sería transferido a más tardar el martes 24 de octubre. Pero pasaban los días y la plata no llegaba. El jueves en la noche, les llegó al grupo de WhatsApp una planilla donde salía el nombre de las personas que habían desempeñado funciones durante las Fiestas Patrias y, al lado, una cifra inexplicable.

«La planilla no tenía el desglose de cuánto era de propina ni cuánto era de base, así que todos pensamos que eran las puras propinas. A mí me prometieron cien lucas diarias y en el documento salía que yo había ganado $198.000 en total», cuenta Dominga.

Benjamín, por su parte, cuenta que también se bajó la base que habían acordado en la reunión del 10 de septiembre. En lugar de ser $30.000 para garzones y $40.000 para cocina y barra, terminó siendo de $30.000 para todos. Los cocineros ganaron un poco más, pero aún así la cifra seguía estando muy por debajo de lo que les habían prometido.

«La gente que sacó más plata fue la gente de cocina que recibió $209.288. Se hizo una base de $30.000 para todos por igual sin avisarle a nadie, siendo que en la reunión se llevó al acuerdo que iban a ser $40.000. Sacamos la cuenta y están pagando a $1.700 pesos la hora, pensando que trabajamos días feriados, pensando en que trabajamos jornadas de 17 horas», relata.

Otro detalle que contribuyó a encender la furia de los trabajadores es que los dueños habían prometido que las propinas se revisarían con los cajeros al momento del cierre de caja para dividir los montos por día, cosa que no ocurrió. De hecho, cuentan que los encargados entregaban boleta solo por pagos en tarjeta. Millones de pesos que llegaron en efectivo no quedaron registrados y, por lo tanto, no se tomaron en cuenta al momento de calcular las propinas.

En todo caso, los trabajadores sospechan que ni siquiera hubo intención de realizar un cálculo real de lo que le correspondía a cada uno de ellos. Hubo gente que recibió $22.000 pesos por trabajar un solo día, mientras que otros que estuvieron durante las cuatro jornadas recibieron apenas $7.000. Incluso hubo algunos que no recibieron nada.

«Están metiendo mano en la propina y eso es algo que no pueden hacer. Es un derecho neto del trabajador, netamente del garzón, que él decide con quién compartir su propina», denuncia Benjamín.

«QUE PAREN EL WEBEO»

Al ser confrontado por el incumplimiento de las condiciones pactadas, Juan Pablo aseguró que el negocio había sido un desastre y habían perdido plata en las fondas. Les dijo también que él se había visto obligado a vender su auto debido a las deudas. Pero los trabajadores aseguran que durante las Fiestas Patrias lo vieron en la televisión celebrando el éxito que habían tenido en la Yein Fonda.

Cuando Benjamín le expresó a sus jefes la molestia de los trabajadores, Juan Pablo respondió tajante: «¿Creís que la weá es fácil? Que paren el webeo».

Después de eso, se intentó convocar a una reunión, pero los mismos dueños terminaron cancelándola pocas horas antes de que se concretara. Ante la falta de respuesta, los trabajadores acudieron hasta la Inspección del Trabajo y presentaron una denuncia contra el Centro de Eventos e Inversiones JM SpA, la empresa de Juan Pablo que los contrató para trabajar en la Yein Fonda. Desde el organismo los citaron a un comparendo que tendrá lugar a mediados de octubre.

El Ciudadano intentó contactarse con Juan Pablo López para consultarle sobre las denuncias de los trabajadores, pero al cierre de esta nota no hemos obtenido respuesta. En tanto, desde la Yein Fonda argumentaron que la organización «no tiene injerencia en el funcionamiento interno de las cocinerías. Estos espacios fueron arrendados a privados».


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