La huelga de Minera Escondida escribe un nuevo capítulo, luego de dos semanas de movilización. Durante la mañana de este viernes, trabajadores/as agrupados en el Comité de Iniciativa por la Unidad Sindical (CIUS), Comité de Trabajadores Teniente (CTT) y el movimiento Alternativa Obrera se manifestaron frente a las oficinas de BHP Billiton (Las Condes) en apoyo a los 2.500 huelguistas y en rechazo a la política de negociación colectiva desarrollada por la empresa.
En conversación con El Ciudadano, Edward Gallardo, dirigente de Alternativa Obrera, señaló que la funa a BHP busca generar un vínculo solidario con los trabajadores en huelga. «Independiente de que es un sindicato fuerte, es tan gigante el empresariado y estamos tan divididos los trabajadores, que eso le hace fácil la pega al patrón, más aun cuando se trata de una de las empresas mineras más poderosas del mundo».
Para Gallardo, la solidaridad de clase adquiere un significado mayor en momentos en que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) pasa por una crisis de legitimidad, con motivo de las cuestionadas elecciones del año pasado. En este sentido, el dirigente afirma que «el llamado nuestro es a ir por sobre aquellos organismos sindicales, por sobre la atomización que han propiciado los mismos y que los trabajadores de base podamos tomar esto en nuestras manos, porque si no nos apoyamos entre nosotros, esta cuestión se viene complicada».
Por otro lado, las críticas que realizan a la patronal pasan por dos puntos: la negativa a querer negociar con los trabajadores y el término de beneficios para aquellos que se incorporen a la compañía. Sobre este punto, Gallardo sostiene que «si no entregan beneficios a los nuevos, lo más probable es que se vengan despidos y tengan que contratar a otros trabajadores, que signifiquen menos costos para la empresa».
Y agrega: «Si uno recuerda la negociación de Anglo American, los compañeros se tomaron la faena y la empresa sacó a su gente, dejando a los trabajadores arriba y cortando la producción. En Escondida pasó exactamente lo mismo. ¿Qué hizo la empresa cuando los trabajadores votaron la huelga? Anunció que dejaría de producir por 15 días y después por 30. El mensaje que están entregando con ese solo hecho es que no les interesa negociar con los trabajadores».
El bono y las ganancias empresariales
Una parte de la discusión ha puesto en relieve el monto del bono por término de conflicto incluido en el proyecto de contrato colectivo presentado por los trabajadores, que asciende a $25 millones. Una cifra justificada, apunta Gallardo, argumentando que se trata de una conquista que ha tomado años y que responde a las condiciones con las cuales los trabajadores producen la riqueza para la patronal: altas temperaturas en el día, bajas en la noche; esfuerzo físico en altura y jornadas extenuantes.
«Lo que ellos han logrado, a través de su negociaciones, son conquistas de los trabajadores y tenemos que defenderlas, porque no podemos retroceder en los pisos de negociación, menos aún ante una patronal que está en un paraíso acá en Chile», afirma el dirigente.
Para tener un panorama más claro sobre la situación económica de Minera Escondida, vale la pena revisar sus números recientes. BHP Billiton, firma que controla el 57,5% de Escondida, hizo públicos sus resultados del segundo semestre de 2016. En dicho período, obtuvo ganancias por US$ 3.204 millones y para este 2017 mantuvieron las estimaciones de retornos por unos US$ 1.800 millones.
Hasta el momento, la empresa habría dejado de producir 41 mil toneladas, mientras que, de acuerdo al sindicato en huelga, por cada día sin producción, Minera Escondida deja de capturar cerca de US$ 20 millones en ingresos.
Pero hay más, porque el pasado 21 de febrero, David Fickling expuso en una columna para Bloomberg que las acciones de BHP subieron más de 3% desde el 7 de febrero, cuando ya estaba echada la suerte de la frustrada negociación.
El columnista añadió también que los costos operativos del primer semestre alcanzan los US$ 1.210 millones, la cifra más baja en siete años. Si se toman en cuenta los costos de caja, 91 centavos de dólar por libra, el panorama basta para que BHP obtenga un margen del 66% a los precios actuales de US$ 6.055 por tonelada o US$ 2,74 por libra.
Si los números cuadran, ¿podría ser la huelga de Escondida un problema político más que económico? Edward Gallardo cree que sí y endosa parte de responsabilidad al Gobierno. A su juicio, «ha jugado un rol netamente a favor de los empresarios. No hay nada que podamos rescatar a favor de los trabajadores. (…) Por más que se vistan con nombres, que apunten al Socialismo o lo que sea, sabemos que no es un gobierno de los trabajadores, sino que defiende los intereses del empresariado y de la clase patronal de este país».