El pasado 8 de noviembre, Julia Chuñil, presidenta de la comunidad indígena de Putreguel, desapareció en circunstancias desconocidas. La última vez que se le vio, Julia estaba dedicada a la defensa del bosque nativo en la comuna de Máfil, Región de Los Ríos, un esfuerzo que lideraba pese a haber recibido numerosas amenazas debido a su labor en favor del medioambiente y los derechos de su comunidad.
Su desaparición ha generado profunda preocupación en su comunidad y en las organizaciones defensoras de derechos humanos y medioambientales. Julia era conocida por su lucha incansable por la conservación del territorio ancestral, un esfuerzo que había tensionado las relaciones con sectores interesados en la explotación de recursos de la zona.
Desde Escazú Ahora, organización que vela por la promoción de Derechos Humanos en Asuntos Ambientales de las personas y comunidades, hizo un llamado urgente a las autoridades a emprender una investigación seria, transparente y diligente para dar con el paradero de Julia Chuñil. Exigiendo que se esclarezcan las circunstancias de su desaparición y se garantice la seguridad de quienes defienden el medioambiente y los derechos de los pueblos indígenas en Chile.
Según las ultimas informaciones, y tras semanas de búsqueda sin éxito, desde la fundación comunicaron que «solo se ha logrado dar con la huella de una camioneta en un camino poco concurrido y cercano al último lugar en que Julia fue vista».
Chuñil de 70 años, fue vista por última vez el 8 de noviembre, cuando salió de su casa, para cuidar a sus animales acompañada de su perro «Cholito».
Sospechas de la familia
Hace aproximadamente diez años, la propiedad donde Julia Chuñil, que mantenía para a sus animales fue adquirida por la Conadi para ser entregada a una comunidad mapuche que no era de la zona.
Sin embargo, al descubrir que el terreno no era apto para la agricultura, dicha comunidad decidió no ocuparlo. Ante esta situación, Julia se acercó a sus representantes para solicitar permiso para criar ganado en el predio, una solicitud que fue aceptada.
El conflicto comenzó tiempo después, cuando Julia recibió un aviso de una persona que le exigió retirar sus animales del terreno, asegurando que lo había comprado.
Con los años, este aviso inicial se transformó en lo que su familia describe como acoso: constantes presiones y amenazas de expulsarla del lugar, ya sea mediante el uso de la fuerza pública o procesos judiciales.
No obstante, tras consultar directamente en Conadi, Julia y su familia fueron informados de que el predio seguía siendo propiedad de la institución y que, legalmente, no podía ser vendido a personas sin calidad indígena.
Estos antecedentes han sido entregados a las autoridades como parte de la investigación por la desaparición de Julia Chuñil, mientras las labores de búsqueda continúan intensamente. Participan Bomberos, el GOPE de Carabineros, agrupaciones civiles, drones aportados por la Delegación Regional, vecinos de la zona y su propia familia.