A tres mil 357 asciende el número de personas heridas por la represión policial durante las manifestaciones en Chile, desde el 18 de octubre a la fecha, según informó el Instituto Nacional de derechos Humanos (INDH).
Esa cifra, que corresponde solo a los casos comprobados por el INDH en comisarías y hospitales de todo el país, incluye a 264 niños y adolescentes, así como 359 con heridas oculares, entre ellas 23 con pérdida total de uno de los ojos.
La mayoría de los heridos (mil 605) son a consecuencia de los balines de goma, que según estudios realizados por varios laboratorios están compuestos mayoritariamente por metales, incluido plomo, lo que llevó a la jefatura de carabineros a prohibir su uso desde el 19 de noviembre, luego de numerosas denuncias.
Sin embargo, como denunció el INDH, posterior a esa fecha han continuado presentándose casos de heridos con los balines y perdigones.
En segundo lugar, con 223, figuran los casos de lesiones por el impacto directo de bombas lacrimógenas, lo que igualmente fue denunciado como una violación de los protocolos establecidos para el uso de esas «armas disuasivas».
La desmedida represión de las fuerzas policiales ha sido denunciada por entidades nacionales e internacionales y el INDH contabiliza ya más de mil personas que son representadas por ese organismo en procesos legales por violaciones de sus derechos.
Brutal atropello de joven
Este viernes, un nuevo caso de violencia policial salió a la luz cuando durante la fuerte represión desatada por carabineros en Santiago para desalojar a manifestantes de la Plaza de la Dignidad, un joven fue atropellado por un carro lanza gases y aplastado contra otro vehículo de ese tipo.
Oscar Pérez, de 20 años, fue ingresado en un centro de salud y según el parte médico, aunque no presenta riesgo vital, sufrió la fractura de sus dos caderas.
Valeria Pérez, hermana del atropellado, criticó duramente a Carabineros y al Gobierno, y señaló que «Óscar es uno más de los miles que han sido intencionalmente heridos por Carabineros», y añadió que hechos de ese tipo reflejan «una irresponsabilidad enorme y una falta de empatía por parte del Gobierno, que no ha sido capaz de decir las cosas como son, porque cuando estas cosas están pasando, no pueden simplemente ignorarse».
Vía Prensa Latina