El Juzgado de Garantía de Coyhaique admitió una querella interpuesta por el perito de SAV Forense, Francisco Pulgar, en contra de Nancy Gallardo, regenta del local nocturno Acapulco investigado tras el brutal ataque a Nabila Rifo. La mujer es acusada de mentir en el procedimiento que condenó al ex conviviente de la víctima, Mauricio Ortega.
La presentación es patrocinada por el abogado Carlos Molina Morales, y afirma que Gallardo «faltó a la verdad en una declaración prestada bajo juramento o promesa exigida por la ley, específicamente relatando hechos falsos ante el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Coyhaique, causa RIT 1-2017».
Según el libelo, el 1 de junio de 2016, Pulgar visitó a la administradora del night club en el marco de averiguaciones encomendadas por la Defensoría Penal Pública, sin presentarse como policía.
Durante la conversación, a la cual Gallardo consintió con la firma de un documento denominado «Acta de Entrevista a Testigos y Víctimas», la dueña del Acapulco reveló el nombre de una interna que supuestamente conocía a Nabila Rifo, y que señalaba como el presunto autor del hecho a una de sus ex parejas, cuya identidad no correspondía a Ortega.
“Yo estuve detenida un mes en Gendarmería, supuestamente por trata de blancas, igual se me condenó… yo fui y hablé con el jefe que estaba a cargo de la investigación (de Nabila), porque resulta que yo tengo en el Face muchas cosas que se dicen en contra mía, que yo mande a matar, que yo mande sicarios», dijo la testigo a Pulgar.
En la oportunidad, Gallardo negó la veracidad de los rumores que apuntaban a su presunta vinculación con los hechos. Tales versiones planteaban que Nabila había escuchado «cosas que no debía escuchar, ver cosas que no debería ver (en el local), cuando yo ni siquiera fumo, o sea, en mi negocio yo no dejo fumar adentro y droga menos», explicó.
Además, señaló conocer de vista a Mauricio Ortega, aclarando que el trago lo inmovilizaba: «(…) cuando toma, yo sé que él queda dormido en una mesa, y ahí se duerme, porque en mi negocio ha estado dos, tres veces, y es de esos que se cura y se duerme… o sea es una masa».
A pesar de lo anterior, en el estrado, la cara visible del Acapulco entregó una versión completamente distinta a la que aparece en los informes de Pulgar. Cabe indicar que éstos se encuentran respaldados con grabaciones de audio.
Según la querella, en línea con la tesis de la Fiscalía que terminó fundamentando la condena de 18 años contra Ortega, Gallardo aseveró que el imputado se ponía «agresivo» con alcohol, que en el cabaret la había increpado en varias ocasiones, y que en una de ellas le había «apedreado» el local, amenazando con quemarlo.
Cuando el fiscal jefe de Coyhaique, Luis González, le pidió describir su contacto con Francisco Pulgar, la expositora señaló que éste se presentó como «penalista de la Fiscalía». Ante esto, González consultó explícitamente si los documentos que el perito le hizo firmar «estaban llenos o estaban en blanco», a lo que Gallardo respondió que «estaban en blanco».
Al respecto, el defensor público de Ortega, Fernando Acuña, contrainterrogó a Gallardo: «Una persona que sabe leer y escribir… que maneja una cuenta corriente, que se maneja a nivel de las declaraciones de impuestos (al ser comerciante), ¿firmó una hoja en blanco? ¿Eso es lo que usted está diciendo?».
«Sí, señor», contestó la mujer.
De acuerdo con la querella de Pulgar, la situación podría ser constitutiva del delito tipificado en el artículo 206 del Código Penal, que sanciona a todo «testigo, perito o intérprete que ante un tribunal faltare a la verdad en su declaración, informe o traducción».
La jueza titular Cecilia Urbina Pinto ordenó que las diligencias sean practicadas por personal de la Policía de Investigaciones.