Este jueves 23 de abril, la Cátedra Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, junto a la Universidad Abierta de Recoleta (UAR) y la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes, lanzaron la campaña “La humanidad somos todes” gracias a un trabajo conjunto y colaborativo.
A través de material en diferentes formatos que estarán disponibles tanto en español como en creole, la iniciativa busca alertar sobre los riesgos a los que están expuestos las y los migrantes en el actual contexto y visibilizar, entre otros elementos cruciales, la necesidad de un documento de identidad que permita el desplazamiento seguro de las personas migrantes. Al mismo tiempo, hace un llamado a la solidaridad y la colaboración para que todos y todas podamos cuidarnos en esta crisis sanitaria.
Este esfuerzo emerge en un escenario de fuertes críticas al trabajo que ha realizado el gobierno central y las autoridades sanitarias para informar y proteger a la comunidad migrante que reside en nuestro país, la que se ha visto expuesta a discriminación y hostilidad tanto en los medios de comunicación como al interior de las comunas en que habitan. Esto, a pesar de que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos fue enfática en solicitar a los gobiernos desplegar soluciones de salud que incluyan a las poblaciones migrantes y que enfrenten la pandemia sin discriminación.
Al respecto, Eduardo Cardoza, vocero del Movimiento de Acción Migrante (MAM) e integrante de la Cátedra de Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Universidad de Chile, señala que “con la pandemia se agudizan los casos de marginación, tales como las personas viviendo en irregularidad y en campamentos. Personas que tienen la imposibilidad de cumplir los requisitos que se están pidiendo para su protección porque no tienen las condiciones físicas -al vivir hacinados- o porque se ven en la obligación de salir a trabajar todos los días. Nos han dejado de lado las políticas, tanto como a sectores vulnerables de toda la sociedad”.
Si bien el COVID-19 es una enfermedad que no discrimina, las particularidades de la transmisión de esta enfermedad hacen que las y los migrantes enfrenten un mayor riesgo, debido a que en muchos casos no pueden respetar el distanciamiento físico por vivir en condiciones de hacinamiento y tener empleos precarios que les exigen salir a las calles. De acuerdo a la encuesta Casen 2017, 21,9 por ciento de las y los trabajadores informales corresponde a migrantes. La misma encuesta muestra que entre 2013 y 2017 se ha producido un empobrecimiento continuo de estas comunidades.
Teniendo a la vista este escenario, María Emilia Tijoux, coordinadora académica de la Cátedra Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Universidad de Chile, explica que “es indispensable que aunemos esfuerzos entre distintas organizaciones, porque sólo de manera colectiva y organizada podemos hacer frente al menoscabo y racismo hacia los migrantes”.
“La campaña está muy preocupada de trabajar en torno a la solidaridad, que es un lazo que mantiene a la sociedad unida. Es pensar que no podemos hacer nada sin el otro o la otra que hemos construido como diferencia. Se trata de fomentar la igualdad de derechos y, sobre todo, de reconocer y comprender la situación que puede vivir un o una migrante, sus hijos, cuando están lejos de su casa, sin redes, sin posibilidades y además siendo objeto de discriminación”, concluye la también académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
Por su parte, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, señala que en su municipio “viven más de 33 mil migrantes, y son parte fundamental de la comuna. Valoramos esta campaña que releva su aporte a nuestra sociedad y que pone de manifiesto la importancia de brindarles condiciones dignas de vida, sobre todo en un contexto tan complejo como la crisis sanitaria por la que atravesamos”.
Además, el alcalde asegura que “el llamado al autocuidado es impracticable en los casos en que se debe salir a diario a trabajar para tener un sueldo. Muchos de los migrantes hoy están en las calles en labores comerciales, de aseo y limpieza, de cuidado de personas, de delivery, por lo mismo es necesario extender a ellos y ellas todas las medidas de resguardo de su salud, bienestar y derechos. Portugal es un ejemplo a seguir al haber otorgado a los inmigrantes y solicitantes de asilo derechos de ciudadanía plenos durante el brote de Coronavirus”.
En la misma línea, desde una perspectiva crítica de las políticas públicas que se han generado, Lorena Zambrano, coordinadora(s) de la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes, afirma que el gobierno “nos pone en una parada de alerta. Una vez más hay descontento social y solo se está demostrando lo que hemos dicho: el Gobierno no está a favor de una migración, ellos están a favor de una migración que solamente produce dinero, pero el migrante pobre no; él no tiene siquiera derechos a opinar con decisiones que vienen del Estado. Es lamentable ver las políticas públicas que nos ha tocado llevar como migrantes, que han sido muy difíciles y devastadoras”.
La campaña “La humanidad somos todes” contempla diversas etapas y en futuras instancias abordará el racismo en los medios de comunicación, entre otros temas fundamentales, y pondrá a disposición material educativo relacionado con el Coronavirus, las medidas tomadas por el gobierno en relación a la regularización migratoria, el acceso a la salud, al trabajo y a la protección social, y la manera en que estas afectan a los migrantes.
Todo el material gráfico y audiovisual de esta campaña estará disponible en www.uar.cl, así como en las redes sociales de las organizaciones involucradas.