Universidad de Chile despide al antipoeta, físico y matemático Nicanor Parra

Estudió física y matemática en el Instituto Pedagógico de la Casa de Bello.

Universidad de Chile despide al antipoeta, físico y matemático Nicanor Parra

Autor: Felipe Menares

Este 23 de enero falleció a los 103 años de edad el antipoeta y Premio Nacional de Literatura 1969, Nicanor Parra. Titulado en 1937 del Instituto Pedagógico de nuestro plantel, estuvo ligado a la educación superior pública y estatal toda su vida, siendo director interino de la Escuela de Ingeniería y habiendo dictado una cátedra de literatura en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas durante 22 años, hasta 1994.

En San Fabián de Alico, en las cercanías de Chillán, nació el 5 de septiembre de 1914. Nicanor Parra Sandoval, el antipoeta, inició su vida en el sur de Chile junto a sus ocho hermanos, entre ellos la prolífera artista Violeta Parra, al lado de su padre, profesor primario y músico, y su madre, Clarisa Sandoval.

Llegó a Santiago en 1932 y terminó su enseñanza secundaria en el Internado Barros Arana. Es ahí donde se comienza a acercarse a los libros y la cultura, hasta que al año siguiente ingresó a estudiar matemática y física al Instituto Pedagógico, donde finalmente se apronta con ímpetu a ese mundo.

Como no perdió vinculación con el INBA, ya que se desempeñó como inspector del establecimiento para poder financiar sus estudios superiores, en 1935 comenzó a publicar junto al escritor Jorge Millas y el pintor Juan Pedraza, compañeros de generación, la Revista Nueva, de circulación en la comunidad del internado. Mismo año se publicó “Antología de poesía chilena nueva” de Eduardo Anguita y Volodia Teitelboim, potenciando así los insumos que alimentaron su bagaje en la materia.

“A medida que Parra explora este horizonte cultural, reacciona con simpatía o desinterés ante determinados lenguajes, estilos, problemáticas, tonalidades. Procura orientarse entre los estímulos y busca, sin mucha conciencia todavía, unas coordenadas que le permitan fijar las condiciones literarias de su propia producción”, señala la biografía de Leonidas Morales publicada en la web nicanorparra.uchile.cl, desarrollada por la Universidad de Chile. Es bajo ese precepto que en 1937 publicó el libro “Cancionero sin nombre”, que al año siguiente fue reconocido con el Premio Municipal de Santiago.

Su obra continuó con la publicación de Versos de salón (1962), Canciones rusas (1967), Obra gruesa (1969), Artefactos (1972), Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977), Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1979), Chistes para desorientar a la policía (1983), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas de Parra (1985) , entre otras obras. Pero la producción de Parra no se redujo sólo a las letras: los artefactos e instalaciones fueron otras de las creaciones del antipoeta. Una de éstas fue  “El Pago de Chile”, donde Parra en pleno Centro Cultural Palacio La Moneda expuso colgados a los presidentes de Chile.

En 1943 Parra viaja a Estados Unidos y realiza estudios de postgrado en física en Brown University. Regresa en 1945 y se incorpora a la Universidad de Chile como profesor, pero vuelve a viajar en 1949, cuando parte a Inglaterra para asistir a cursos de cosmología en Oxford. La estancia en ese país se prolonga hasta 1952. Posteriormente se dedicó a la academia, principalmente en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Casa de Bello. Pero no sólo enseñó de números: dictó desde 1972 a 1994, en la sala G108 del Departamento de Geología, clases de creación literaria. Generaciones de ingenieros desarrollaron su creatividad a partir de los desafíos del antipoeta.

En 1999 recibió la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile, en la inauguración del año académico. En la instancia planteó: “No me explico señor rector / Las razones que pudo tener el jurado / Para asignarme a mí / Que soy el último de la lista / Una medalla de tantos quilates / Hay x lo menos una docena de candidatos / Que con razón se sienten postergados / El Juez de Letras que fue Don Andrés los absuelva / Yo por mi parte me querellaré / Contra quienes resulten responsables”.

Este es sólo uno de los reconocimientos que el antipoeta obtuvo a lo largo de su trayectoria. 30 años antes de ese discurso en la Casa Central, fue declarado hijo ilustre de Chillán, mismo año en que recibió el Premio Nacional de Literatura. En 1997 se le otorgó la Medalla Gabriela Mistral del Gobierno de Chile por su aporte a la cultura y a la educación local.

Luego, el año 2001 recibió dos reconocimientos: el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y premio el Bicentenario. Diez años después recibió el Premio Cervantes, transmitido al nieto del antipoeta, Cristóbal Ugarte. Al año siguiente se le otorgó el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda por parte del CNCA.

Pero el Premio Nobel de Literatura le fue esquivo. Las cuatro postulaciones, de la Universidad de Nueva York en 1995; de la Universidad de Concepción en 1997; del Consejo de Rectores, Complutense de Madrid y de Valencia el 2001 y la de la Presidenta Michelle Bachelet el 2012, no fueron suficientes para que se le otorgara este galardón.

Con motivo del centenario de su nacimiento, la Universidad de Chile y el gobierno, además de otras instituciones, organizaron una serie de actividades, entre ellas, lecturas ciudadanas, exposiciones y el “parrafraseo”, en el que el 5 de septiembre del 2014 al mediodía se leyó en diferentes puntos del país en forma simultánea “El hombre imaginario”.

Hoy la Universidad de Chile despide al centenario antipoeta, Nicanor Parra Sandoval, contándose numerosos gestos de duelo incluido un minuto de silencio durante la reunión que sostuvo durante la jornada el Consejo Universitario.

Fuente: Prensa UChile


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