Verano del ’96: El fallido concierto de Los Cadillacs en las dunas de Concón

Un grupo de amigos universitarios relata su experiencia en un concierto de Los Fabulosos Cadillacs, desde la emoción de la música en las dunas hasta la frustración por un evento interrumpido

Verano del ’96: El fallido concierto de Los Cadillacs en las dunas de Concón

Autor: El Ciudadano

En el verano de 1996, con Gonzalo, Pipe y yo nos organizamos para ir al concierto de Los Fabulosos Cadillacs en Concón. Era una tremenda oportunidad porque éramos estudiantes universitarios, con pocas lucas y estudiábamos en la región. Mejor aún, se veía un tremendo panorama que tocaran gratis en las dunas de Montemar. Habíamos sido compañeros y amigos desde los últimos años de colegio, donde nos unía algo en común: la música. Por lo mismo, terminamos haciendo una banda de rock punk entre nosotros, otra razón para ir. En nuestras casas, los cassettes pirateados de Los Cadillacs andaban por todas partes, aunque había algunos originales como «El León» y el más nuevo «Rey Azúcar«, que alguien obtuvo como disco compacto. Me encantaba la canción «Ciego de Amor«; igual tenía que ver con la depresión que yo tenía en ese tiempo.

Esa vez llegamos a la casa de Gonzalo en Limonares y tomamos la micro hacia las dunas. Cuando llegamos allá, había mucha gente en la calle que orillaba las dunas, la mayoría vestida con pantalones jeans y bototos de milicos y camisetas leñadoras, uno que otro con un peinado extravagante. Pero la mayoría llevaba una botella de cerveza o de vino en la mano, los más prudentes con un bolso que sonaba por las botellas cuando caminaban.

Desde ahí había que comenzar a subir. Si bien era verano, no hacía tanto calor, pero llegamos algo cansados arriba, donde estaba instalado el escenario. De pronto, nos vimos rodeados de muchas personas. Con Gonzalo éramos más altos y veíamos bien, pero Pipe se ponía en el medio de nosotros y se apoyaba para subir y mirar.

Todo empezó bien; claro, el sonido no era de los mejores, pero sonaba. La gente que estaba adelante empezó a bailar en formato punky, y entre juegos y realidad se comenzaron a tirar arena, luego alcohol, botellas plásticas, y fue una reacción en cadena, porque después volaron botellas de vidrio y hasta una garrafa al escenario. Fue ahí donde la banda detuvo el concierto; la integridad de los músicos estaba en peligro, y se entendía. Frustrados por el acontecimiento y sin entender bien lo que ocurría, no nos quedó otra que volver a la casa de Gonzalo en Limonares y seguir escuchando los cassettes que siempre habíamos tenido.

Por Jonny Gaete Sierra


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