La selección chilena de fútbol es una de las grandes debilidades de nuestro pueblo. Son nuestros semidioses a los que les perdonamos cualquier cosa a cambio de una gambeta lujosa o un gol ante cualquier equipo que no sea Haiti. Anoche Arturo Vidal nos regaló una nueva perla con la que decoraremos un historial que no tiene copas mundiales o de américa, que nunca ha llegado demasiado lejos como para que todos los niños de Chile se llamen Gary, y que definitivamente es una historia más bien mediocre aunque nos cueste decirlo en voz alta. Sin embargo nuestro deporte rey tiene esa chispeza y frivolidad que tanto nos gusta comentar en el tercer tiempo de chelas y anticuchos lánguidos.
Lo de anoche se suma a los top ten de la futbolera pasión del peloteo chilensis, pues basta un leve recuento para darnos cuenta que no tenemos tanta memoria para recordar triunfos oficiales, pero nos faltarían dedos en las manos para recordar esos momentos de relajo o de error con que la Roja nos ha mantenido el alma con las emociones a fuego los últimos años. Pienso (a vuelo de pájaro) en el combo en el hocico que le dio Leonel Sánchez al jugador italiano Mario David; me acuerdo del inolvidable penal de Cazsely en el 83 (quien también fue el primer expulsado en la historia de los mundiales) que no ha sido olvidado hasta el día de hoy; y yendo a tiempos más recientes tenemos el episodio de «las luces rojas» de calle MacIver que llamaron la atención de los jugadores de la rojita que luego, en un control de Carabineros salieron del puticlub con la cola entre las piernas y los flashes de la prensa en los ojos. Y cómo olvidar el Dublinazo (cuando Mark González y el choro Navia metieron prostitutas al hotel), luego el Puertordazo donde los jugadores quedaron como piojo de curaos, al igual que en el Bautizazo en que celebraron el bautizo del hijo del Mago Valdivia… quién queda curao en un bautizo!! Y si de fiestas con copete se habla no olvidemos el Urracazo cuando el Pitbull Medel y Turboman Vargas terminaron borrachines en la disco de Vitacura y fueron castigados. La gracia del Rey Arturo es que es el primero que lleva un hito con su nombre, personalizado y tuneado a su medida, así que recordaremos este incidente como el Vidalazo.
Como vemos lo de Vidal no es nada nuevo, por el contrario, es parte de una tradición nacional de mezclar el hueveo con el fútbol en momentos en los que uno espera que los jugadores se porten bien y estén a la altura de las circunstancias. Quizá falta más rigor en la hinchada o simplemente tenemos que saber de antemano que cualquier selección tiene por costumbre el portarse mal de vez en cuando. Sea como sea lo de Arturo Vidal ha tenido ribetes planetarios ya que su juego lo ha posicionado como uno de los futbolistas más importantes del globo y, con eso, vienen también los privilegios y las miradas de millones de personas que necesitan que el astro, el semidios, el ídolo, no se caiga al suelo de guata y, menos aún, que se estrelle a 160 kilómetros por hora a instantes de volver a una concentración.
Y así como tienen enormes privilegios también están expuestos al comentario de la gente, al escrutinio de las redes sociales y a la joda con los memes. Acá les dejamos una completa selección de memes y, más abajo, las reacciones en twitter (segundo a segundo) del hashtag #Vidalazo
Esto se está diciendo en Twitter:
por @arturoledezma