El recién pasado lunes 1 de octubre la banda de cumbia chilena “Villa Cariño” tomó la decisión de no participar del evento “Oktoberfest Reñaka” por la elección del lugar, el Estadio Israelita de Viña del Mar, posterior a su aceptación, y por estar “decididos de abrazar la causa palestina”.
En esta entrevista conversamos con Abraham Saba, quien en representación de BDS Chile y UGEP, nos cuenta cómo se relaciona esta decisión con la campaña de BDS.
¿La decisión de bajar la presentación fue aconsejada por ustedes?
No, dicha decisión fue iniciativa que vino únicamente de Villa Cariño.
¿Y cómo evalúan dicha acción?
La acción sólo puede evaluarse en el marco internacional de la Campaña Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) a Israel, la que, en su área cultural, pide a las y los trabajadores del arte que solidaricen con el pueblo palestino mediante tres líneas de actuación: No participar en eventos culturales financiados o patrocinados por la Embajada de Israel, ya que son usados como lavado de imagen; negarse a montar actividades culturales en Israel, a participar en festivales o recibir premios de instituciones oficiales israelíes, por la misma razón; y no participar en eventos financiados u organizados por instituciones que avalen los crímenes cometidos por Israel o que sean usados para lavado de imagen.
¿Y en ese marco, que opinan de la decisión de Villa Cariño?
La decisión de Villa Cariño no nos cabe la menor duda que fue bien intencionada. Después de que se hizo pública su decisión de no participar, nos dieron a conocer sus razones. Una de ellas fue que la banda no es ajena al conflicto, han sostenido varios trabajos en relación con la promoción de los derechos humanos junto con familias de detenidas y detenidos desaparecidos, por lo cual apoyar al pueblo palestino es una postura que se condice con su trabajo. Para ellos, esta circunstancia los ha llevado a actuar por iniciativa propia.
Ahora, analizando en concreto la decisión, y no sus causas, esta no es apta para ser considerada una acción dentro del marco de BDS Cultural. Y es que no existen antecedentes que acrediten que el Estadio Israelita sea una organización que avale los crímenes que comete Israel o que aporten en las políticas de lavado de imagen. Sin un estudio meticuloso, resulta una irresponsabilidad de alto riesgo el boicotear actividades de organizaciones de la naturaleza que tiene el Estadio Israelita, es decir, que no forman parte del Estado de Israel.
¿Y por qué las y los artistas deberían boicotear a Israel?
El BDS inspirado en la lucha contra el apartheid sudafricano, busca que el Estado de Israel respete el derecho internacional, llamando a su boicot internacional hasta que cumpla con las 3 exigencias: el fin de la ocupación, colonización y desmantelamiento del muro; reconocer igualdad de derechos de los árabes palestinos ciudadanos de Israel; y el derecho al retorno de los refugiados palestinos a sus hogares.
En términos culturales, el boicot se justifica por la sencilla razón de que Israel ha trabajado sistemáticamente en invisibilizar la cultura palestina e impedir su proyección internacional. Para ello se sirve de métodos como la destrucción, por orden judicial o a través de bombardeos, de centros de exposición, teatros y centros culturales palestinos, y las obras en ellos contenidos. También al declarar ilegales y perseguir a grupos teatrales y culturales, e impedir la salida de los territorios ocupados de artistas palestinos y sus obras.
¿Eso consta?
Sí, a modo de ejemplo:
2002, Ramala: Centro Cultural Khalil Sakakini es allanado y destrozado
2002 Jenin, el Teatro de la Libertad es demolido.
2002, se ilegalizan grupos teatrales y culturales como el grupo de danza tradicional Al-Founoun.
2009, Jerusalén: clausura del Teatro Nacional Palestino.
2009, clausura del Centro Cultural Nidal.
2018, misiles israelíes fueron dirigidos deliberadamente contra un importante centro cultural en Gaza, asesinando civiles y destruyendo reliquias arqueológicas y obras de arte.
Entre otros.
¿Y han tomado una decisión como organizaciones ante la decisión de Villa Cariño de no presentarse en el Oktoberfest Reñaka?
Si, el diagnóstico tiene un lado positivo, las y los artistas en Chile quieren solidarizar por Palestina. Pero por otro lado hay que ser autocríticos, debemos unificar, masificar y darles objetivos concretos a esas ganas de solidarizar con Palestina; ojalá canalizarlas por medio de la campaña internacional BDS. Para ello, hicimos latente nuestro compromiso con intensificar las relaciones con artistas chilenas y chilenos, informarles en el BDS y coordinar futuras acciones, apoyándoles en todo lo que necesiten.
En relación con lo antes dicho, quedamos en no ser ajenas ni ajenos a la decisión que tomó Villa Cariño, como las que vayan tomando de aquí en adelante. En ese sentido, ya les pedimos reunión para compartir información del BDS Cultural y coordinar acciones conjuntas a futuro.
El Ciudadano