“Y por ahí hay un montón de gente que aún llora por Allende ¡Qué pobreza de mente…”

El título de esta columna es una frase que publicó en sus redes sociales el humorista venezolano George Harris y que esta semana la organización del Festival de Viña del Mar lo oficializó para presentar una rutina de humor el primer día del certamen

“Y por ahí hay un montón de gente que aún llora por Allende ¡Qué pobreza de mente…”

Autor: El Ciudadano

El título de esta columna es una frase que publicó en sus redes sociales el humorista venezolano George Harris y que esta semana la organización del Festival de Viña del Mar lo oficializó para presentar una rutina de humor el primer día del certamen.

Si bien el humor es subjetivo, y sobretodo cultural, también es político, por lo que el comentario ofensivo de Harris contra nuestro ex presidente solamente se entiende desde donde lo emite: El golpismo latinoamericano que vive en Miami rogando por una invasión a sus propios países. Misma comunidad que el 2023 lo reconoció como «Mejor Comediante”, según el periódico de ultra derecha “Miami New Times”.

Quienes anhelamos un futuro mejor y soñamos con un Chile pluralista, justo y más democrático, debemos oponernos con fuerza a quienes escupen sobre nuestra memoria histórica y se burlan de un pasado lleno de sufrimiento y de heridas aún abiertas, considerando además que se trata de alguien ajeno a nuestra historia nacional.

Anhelo que deberían volver demostrar los organizadores del festival cuando, a comienzos de este año, canceló la participación del cantante de corrido mexicano “Peso Pluma”, por su apología a la violencia y al narcotráfico entre las generaciones más jóvenes, quienes se están matando a diario por no conocer otros mecanismos para resolver los conflictos.

Bajo ese mismo estándar, George Harris no es solamente un humorista. También es un promovedor del odio contra quienes no creen en su isla de la fantasía americana y sus respectivos anfitriones como Trump y Milei. Por lo que busca con su humor y publicaciones dinamitar el costoso consenso nacional sobre la irrefutable violación de los derechos humanos realizado por dictadura militar con la “complicidad pasiva” de muchos chilenos, como dijera el propio ex presidente de derecha Sebastián Piñera.

La tolerancia no es sinónimo de permisividad, es la posibilidad de construir una comunidad desde el respeto al otro, en especial, reconociendo el dolor de quienes fueron las víctimas y que hasta la fecha no pueden encontrar a sus familiares y amigos. Por ello, hoy las democracias no solamente pueden morir producto de golpes militares, sino desde liderazgos e influencer autoritarios que promueven la ilegitimidad de los adversarios y la banalización de tragedias históricas.

Por último, después de padecer algunas de las rutinas del humorista cuestión, sin duda tenemos mejores comediantes nacionales que podrían proyectarse internacionalmente, ya que su humor no hará reír al público de la Quinta Vergara. Ya lo verán.

Por Cristian Jamett, Sociólogo, Dr. Estudios Latinoamericanos.


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