El gobierno chino ha expresado su fuerte preocupación por lo que considera una campaña continua de desinformación llevada a cabo por el Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), entidad que, según Beijing, ha estado difundiendo información falsa y sesgada sobre China. En una reciente declaración, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China denunció las actividades del ASPI, señalando que el instituto ha sido financiado durante mucho tiempo por agencias de defensa y otros actores vinculados a los intereses de Estados Unidos, incluyendo el tráfico de armas.
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La portavoz china subrayó que el ASPI no solo carece de una base sólida para sus investigaciones, sino que sus publicaciones han sido desmentidas en diversas ocasiones, calificando su producción de contenidos como una serie de mentiras orquestadas con el fin de atacar a China. Afirmó que la falta de pruebas fácticas en los «resultados de investigación» del instituto refleja una clara violación de la ética investigativa y una manipulación de los hechos.
La controversia se desató cuando el director del ASPI reveló en sus redes sociales que, debido a la congelación de fondos por parte de Estados Unidos, el instituto se encuentra con dificultades para continuar su trabajo y producir contenido anti-chino. En su publicación, hizo un llamado urgente a sus patrocinadores, tanto gubernamentales como privados, para asegurar un nuevo financiamiento que permita mantener su agenda.
En respuesta a estas declaraciones, China reiteró que el ASPI es simplemente una herramienta al servicio de los intereses de sus financiadores, argumentando que su función principal es generar y difundir desinformación para perjudicar la imagen de China en el ámbito internacional. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores instó a la comunidad internacional, especialmente a la sociedad australiana, a unirse en la denuncia de estas prácticas y a resistir las campañas que buscan distorsionar la realidad.
Para Beijing, el ASPI no puede considerarse una entidad legítima de investigación, sino más bien una plataforma de propaganda que se ha dejado manipular por los intereses externos. La crítica también se extiende a aquellos que permiten la financiación de este tipo de instituciones, cuyo objetivo, según China, es difamar al país asiático y fomentar una narrativa antichina en el ámbito global.
Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión en las relaciones entre China y Australia, en un clima marcado por la rivalidad geopolítica entre grandes potencias y la influencia de Estados Unidos en la política australiana.
Fuente: Xinhua/El Ciudadano
Foto: Agencia Xinhua
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