En los últimos años, la modernización de China se ha consolidado como un fenómeno clave que no solo ha transformado la economía del país, sino que ha abierto nuevas puertas para las economías emergentes. Este proceso, mencionado en el reciente Informe sobre la Labor del Gobierno presentado por el primer ministro Li Qiang ante la Asamblea Popular Nacional, está atrayendo la atención global por sus efectos tanto en el crecimiento de China como en su impacto sobre la economía mundial.
Véase también: Foro China-México 2025: Educación y cultura como claves para la cooperación bilateral
La modernización china no es solo un modelo de desarrollo económico, sino una propuesta que desafía el tradicional enfoque occidental, abriendo nuevas perspectivas para naciones en vías de desarrollo. Expertos latinoamericanos coinciden en que el proceso de transformación de China no solo ha sido exitoso, sino que representa una opción viable para aquellos países que buscan modernizar sus economías sin sacrificar la equidad social.
«China está ofreciendo un camino alternativo al que históricamente nos han impuesto desde Occidente. La idea de un crecimiento económico inclusivo, que favorezca la innovación y la cooperación internacional, es un referente para economías emergentes»
Raquel León de la Rosa
Profesora e investigadora de la BUAP
Con un crecimiento del 5% en 2024, China sigue consolidándose como una de las principales potencias económicas mundiales. Este avance supera el promedio global de crecimiento del 3%, posicionando a China como motor clave en la recuperación económica mundial. La creciente diversificación económica del país y su esfuerzo por impulsar proyectos como la Iniciativa de la Franja y la Ruta no solo benefician a China, sino también a los países con los que mantiene relaciones comerciales, incluidos muchos de América Latina.
El proceso de modernización china no solo ha sido económico, sino que ha logrado posicionar a China como un líder en innovación global. Su capacidad para generar avances tecnológicos en áreas clave como la inteligencia artificial, las redes 5G, y la economía verde ha sido crucial para consolidarse como una referencia mundial en desarrollo sostenible.
«China ha demostrado que, más allá de las adversidades internas y las tensiones internacionales, su liderazgo tecnológico es imbatible».
Patricio Giusto
Director del Observatorio Sino-Argentino
Este avance no solo refuerza el papel de China en la economía global, sino que también brinda oportunidades a los países en desarrollo para integrarse en sectores estratégicos de la economía mundial.
En este sentido, la apuesta por la tecnología de punta, el comercio verde y la innovación en la economía digital han abierto nuevas posibilidades para las economías emergentes.
«China ha creado un espacio para que los países del Sur Global puedan desarrollar sus propias capacidades tecnológicas, sin depender de los modelos tradicionales»
Eduardo Regalado
Politólogo cubano
A diferencia del enfoque occidental, donde el modelo de crecimiento económico se centra principalmente en la rentabilidad empresarial, China ha puesto al pueblo en el centro de su proceso de modernización. En su reciente informe, el gobierno chino destacó la importancia de sincronizar el crecimiento económico con el aumento de los ingresos de los ciudadanos, un modelo que busca mejorar las condiciones de vida de su población.
«China ofrece una alternativa a los modelos occidentales, donde el objetivo no es solo la rentabilidad, sino también el bienestar social y el desarrollo sostenible de la población»
Marcelo Rodríguez
Director del Centro de Estudios y Formación Marxista de Argentina
A medida que el mundo se enfrenta a desafíos económicos y políticos complejos, la modernización china emerge como una respuesta viable para los países del Sur Global.
«China ha pasado de ser un socio comercial importante a convertirse en un referente para los países en desarrollo, mostrando que es posible alcanzar el crecimiento económico sin sacrificar la justicia social»
Livio Ribeiro
Economista brasileño
China, al impulsar el multilateralismo y fortalecer los lazos con naciones en desarrollo, está demostrando que es posible crear un sistema de gobernanza global más equitativo, donde las voces de los países emergentes tengan un papel central.
Este modelo, basado en la cooperación, la innovación y el bienestar social, podría ser la clave para que muchas economías emergentes logren un desarrollo sostenible y justo en el siglo XXI.
Fuente: Xinhua/El Ciudadano
Foto: El Ciudadano
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