El espionaje es un verdadero arte, sobre todo para cuestiones políticas, pues crear utensilios que permitan conocer, grabar y ventilar los secretos de grupos anárquicos, aliados o incluso gobiernos enemigos no parece tan fácil, se necesita de ingenieros, técnicos y creativos que hagan el mundo del espionaje una realidad.
En días recientes, la CIA publicó en su cuenta de Twitter objetos que se presentan en el museo de la agencia y en los cuales se puede ver cómo eran los instrumentos con los que se espiaba en los tiempos de la Guerra Fría.
Radio-pipa
Un diminuto receptor escondido dentro de la pipa, claro, no funcionaba para fumar, pues no permitía pasar el humo. El sonido pasaba de la mandíbula al canal auditivo. Extraño ¿no?
Cigarro-cámara
Una cámara oculta en el paquete de cigarros, suena sencillo. El dispositivo de la marca Tessina tenía contenía una película de 35mm. Permitía captar los mejores momentos sin ser notado.
Insectocóptero
Una falsa libélula que fue desarrollada en los 70 era el preámbulo de los drones actuales. Un vehículo sin piloto, pero que era capaz de volar y recolectar datos. Funcionaba con gas, pero el viento del mundo real hacía que se cayera.
Red neumática
En el edificio original de la CIA había un sistema de aire neumático que permitía enviar cartas en las oficinas. El sistema medía más de 48 kilómetros y tenía un diámetro de 10 cm. Funcionó entre 1962 y 1989.
La espina secreta
Una bala ahuecada que entregaba comunicación segura pues una persona dejaba la espina en un lugar y otro agente iba a recogerla para así obtener información.
Un detector de intrusos
Se enterraban y permitían detectar alerta de movimiento lo que provocaba que un impulso diera a conocer si en el lugar había un extraño en un radio de 300 metros.
Visión de lejos
Un tubo U-2 que permitía a los estadounidenses espiar a la URSS. Tenía los mejores lentes que se hubieran creado y permitía ver objetos a más de 19 kilómetros.
Cámara micropunto
Ayudaba a reducir la información sensible y permitía revisarlas en un equipo de 2.8 y 1.6 cms. La información que se hallaba en el tamaño de un botón permitía camuflarse perfectamente.
Inocente palomita
Las aves eran amaestradas para espiar a los intruso, en sus patas cargaban una cámara que grababa todo y les permitía regresar a su lugar de origen después.
Los kits de sobres
Espiar correspondencia es un delito, por lo cual conocer la información que contenía era toda una tarea en la guerra. Eran piezas hechas de marfil para abrir cartas, pero que no dejaban huella de haber sido violadas.
Vía Difundir.Org