El supuesto alienígena que fue encontrado en 2003 en el desierto de Atacama, es, «con absoluta certeza», un ser humano, según ha confirmado un estudio liderado por el director de biología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), Garry Nolan.
Esta criatura bautizada como ‘Ata’ mide poco más de 15 centímetros y se halló momificado. Tenía dientes desarrollados, una cabeza ovalada con un bulto y estaba cubierto de sarro y ennegrecido. Una gran diferencia que presentaba con el esqueleto humano es que tenía 9 costillas en vez de 12.
Hasta ahora se barajaba la posibilidad de que fueran los restos de un feto, también se habló de que podía tratarse de un mono e incluso se especuló con la idea de que se tratara de un alienígena.
Sin embargo, según el estudio de la Universidad de Stanford, se trata «con absoluta certeza» de un ser humano.
Según explica Nolan en el documental Sirius, que ha sido emitido el pasado 21 de abril, para hallar el ADN de este humanoide, los expertos diseccionaron dos costillas de la criatura y lograron obtener médula ósea, con la que pudieron descartar que se trataba de un feto o un mono.
«La secuencia que obtuvimos de la mitocondria nos señalan con un gran porcentaje de acierto que la madre es una indígena chilena», ha indicado Nolan, quien ha apuntado que ‘Ata’ es varón.
En cuanto a su muerte, los científicos han indicado que probablemente murió «en el último siglo».
Los análisis han determinado que ‘Ata’ era una «interesante mutación» de un humano que sobrevivió a su nacimiento durante seis u ocho años y en ese tiempo «respiraba, comía y metabolizaba».
Para Nolan, la interrogante que queda ahora es cuándo nació.