Estudiando ratones transgénicos, investigadores liderados por el profesor asociado de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH), Pedro Cisternas, concluyeron que el Alzheimer progresa de manera distinta en machos y hembras y que incluso el tratamiento farmacológico para tratar la enfermedad debería ser distinto para cada grupo.
La investigación se desarrolló utilizando animales que han sido modificados genéticamente para manifestar síntomas de Alzheimer, y según explicó Cisternas el interés de realizar este proyecto se basó en que en los últimos años se ha recomendado estudiar qué ocurre en machos o hembras por separado, ya que muchos de los estudios previamente realizados fueron hechos en ellos, lo cual podría afectar el entendimiento de la enfermedad.
“En primer lugar nosotros creemos que no es lo mismo trabajar con machos que con hembras, el Alzheimer no se comporta de la misma forma, las razones por las cuales esto sucede, no las tenemos claras. Esto abre la discusión de qué es lo que sucederá en humanos, tampoco podemos esperar que el tratamiento y la enfermedad en sí progrese de la misma forma en hombres que en mujeres”, acotó el investigador.
Cisternas indicó que el tratamiento farmacológico debería ser distinto para hombres y mujeres, no necesariamente con distintos medicamentos sino que diferentes dosis.
La publicación “Disminución del metabolismo de la glucosa asociado con la edad y el sexo en un modelo de ratón de la enfermedad de Alzheimer”, proporciona información sobre la heterogeneidad de la enfermedad de Alzheimer y fue aceptada por la prestigiosa revista académica internacional Journal of Alzheimer’s Disease.
Las diferencias de sexo se encuentran entre los factores de riesgo que contribuyen a la variabilidad de esta enfermedad y se estima que las alteraciones metabólicas de la glucosa son un factor determinante, ya que se correlaciona con el avance del Alzheimer, puesto que estudios han demostrado que promover la captación de la glucosa en las neuronas podría detener los efectos neurotóxicos asociados.
Al respecto, Cisternas comentó que “la enfermedad de Alzheimer tiene distintos marcadores, uno de ellos es el péptido β-amiloide (Aβ), que es una proteína que se acumula y forma unos agregados por fuera de la célula, los cuales dificultan la comunicación entre las neuronas, promoviendo el deterioro cognitivo. Nosotros observamos que estos niveles estaban incrementados más en hembras que en machos y tenían tendencia a generar péptido en forma de agregado del amiloide”.
Otra de las conclusiones del estudio apoya el uso de Andrografólido (de origen vegetal) como fármaco potencial para detener la progresión de la enfermedad de Alzheimer, ya que sería capaz de aminorar sus efectos.
Y agregó que “previamente, en el laboratorio hemos demostrado en diferentes modelos animales que la administración de Andrografólido es capaz de aminorar diferentes síntomas del Alzheimer, entre ellos la pérdida de memoria y la inflamación asociada a esta enfermedad. Este compuesto, extraído desde las hojas de la planta Andrographis paniculata, ya se utiliza farmacológicamente como antiinflamatorio, pero en dosis diferentes a las utilizadas en nuestros estudios de la enfermedad de Alzheimer”.
Esta investigación se desarrolló de manera colaborativa con distintas instituciones: Centro de Envejecimiento y Regeneración (CARE-UC), Departamento de Biología Celular y Molecular de la Facultad de Ciencias Biológicas de la PUC, Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad de O’Higgins, Escuela de Kinesiología U. de Santiago, Carrera de Fonoaudiología PUC y el Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (CEBIMA), de la Universidad de Magallanes.