A través de un sencillo análisis científico, investigadores detectaron la presencia de contaminantes orgánicos (parabenos y benzofenonas) en la sangre menstrual. Estas sustancias son usadas frecuentemente en productos de cuidado personal, informa agencia Sinc.
Los investigdores de la Universidad de Granada (UGR) desarrollaron una metodología analítica que les permitió determinar los niveles en que los residuos de productos de higiene comunes pueden ser absorbidos por el organismo. El estudio fue publicado en Science Direct.
Los cosméticos, artículos para el hogar y fármacos que se producen en grandes cantidades y que usan en forma diaria y masiva, contienen compuestos sintéticos en su formulación, Los más conocidos son los parabenos, que se usan como conservantes en productos de higiene, bebidas, comidas y fármacos, y las benzofenonas, que funcionan como filtros ultravioleta en cremas y lociones.
Una de las autoras del estudio, Olga Ocón Hernández, explica que «la biotransformación de parabenos y benzofenonas depende de la forma de exposición, pero se sabe que se transforman en derivados más sencillos que pueden ser excretados fácilmente por la orina. Sin embargo, debido a que nuestro sistema metabólico excretor no es completamente efectivo, estos compuestos pueden acumularse en diferentes compartimentos humanos, como el tejido placentario y la leche materna», agrega.
Contaminantes orgánicos en el 100% de los casos
Para el estudio, los científicos analizaron la presencia de 4 parabenos y 6 benzofenonas en muestras de sangre menstrual donadas por 25 mujeres españolas. En todas las muestras analizadas había al menos 3 de los compuestos estudiados. El metilparabeno (96%) y la benzofenona-3 (96%) fueron los más frecuentes.
«La preocupación en el uso y consumo de productos en cuya composición se encuentren parabenos y benzofenonas deriva de los recientes hallazgos sobre los efectos adversos que estos compuestos pueden causar. El problema es que actúan como disruptores endocrinos, ya que tienen la capacidad de alterar la homeostasis normal del sistema endocrino en los seres vivos», explica Ocón.
La exposición a estos productos tóxicos se ha relacionado con un mayor riesgo de sensibilización alergénica, daño en el ADN espermático y endometriosis, entre otros efectos.
Mientras la mayoría de los estudios usan orina para analizar la relación entre la salud y los niveles de exposición a sustancias contaminantes, los autores de este estudio decidieron analizar la sangre menstrual, para así poder establecer una relación entre los tóxicos y los trastornos específicos del sistema reproductor de las mujeres.
«Para establecer relaciones con desórdenes menstruales o endometriosis pensamos que sería interesante su medida en sangre menstrual, ya que proporciona una mejor estimación de su contribución al microambiente hormonal uterino», explica la investigadora.
El próximo paso para este equipo de investigadores será analizar un número mayor de muestras de sangre menstrual, con la intención de poder establecer una relación entre los patrones de sangrado, el riesgo de desórdenes menstruales y la endometriosis.
Fuente Sinc
El Ciudadano