Es un gel que se inyecta en el conducto deferente (a través del cual pasa el esperma), en vez de cortarlo como sucede con la vasectomía. Si un hombre desea restaurar el flujo de espermatozoides, ya sea después de meses o años, el polímero es expulsado del conducto deferente con otra inyección.
Sin embargo, al igual que los anticonceptivos femeninos, la versión masculina no protege contra las enfermedades de transmisión sexual o el VIH.
Si todo va bien, los hombres tendrán más control sobre su vida sexual. Hayley MacMillan de Refinery29 lo dijo muy bien: “Estamos muy entusiasmados por el potencial de Vasalgel para bajar las tasas de embarazos no deseados, y por un futuro en el que la responsabilidad del control de natalidad sea más equitativamente compartida”.
¡Brindamos porque esto se cumpla!
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