Un grupo de científicos del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, ha pronosticado que en la primera mitad del siglo comenzará una actividad solar mínima, que tendrá como consecuencia la llegada de menos calor a la Tierra.
Cabe señalar, tal como informa RT en español, que estas son las conclusiones de un estudio publicado en la revista científica ‘The Astrophysical Journal’.
Los científicos han analizado datos recopilados durante más de 20 años por el Explorador Internacional de Luz Ultravioleta (IUE, por sus siglas en inglés), un telescopio espacial en órbita que opera en el ámbito de ese tipo de rayos.
Su estudio consistió en medir la radiación emitida por las estrellas de tipo solar para revelar las condiciones que preceden a las grandes temperaturas mínimas.
El resultado de la investigación fue el descubrimiento de que esta disminución de la actividad solar puede predecirse a partir de la frecuencia de la formación de manchas solares.
Según los expertos, la posibilidad de que exista una gran temperatura mínima en el futuro cercano es bastante alta. No obstante, este enfriamiento global no será lo suficientemente fuerte como para compensar el aumento de la temperatura media de la Tierra causada por el calentamiento global.
Por lo tanto, el calor que nuestro planeta recibe del Sol disminuirá, pero esto no detendrá el calentamiento global, según señalan los investigadores.
El enfriamiento sería lo que los científicos llaman un gran mínimo, que es un período en el cual el magnetismo del Sol disminuye, se forman manchas solares y llega menos radiación ultravioleta a la superficie de la Tierra.
Los científicos creen que el evento se desencadena a intervalos irregulares por fluctuaciones aleatorias relacionadas con el campo magnético del Sol. «Ahora tenemos un punto de referencia desde el cual podemos realizar mejores simulaciones de modelos climáticos […] Por lo tanto, podemos tener una mejor idea de cómo los cambios en la radiación UV solar afecta el cambio climático», afirmó en un comunicado Dan Lubin, físico de investigación y director del proyecto.
Los astrónomos consideran que es posible que se repita el mínimo de Maunder, que tuvo lugar en el período de 1645-1715 y que se caracterizó por un pequeño número de manchas solares. Algunos expertos lo atribuyen al inicio de una pequeña edad de hielo, en la cual la temperatura global disminuyó entre 1 y 2 grados Celsius. Las bajas temperaturas provocaron que el río Támesis se congelara de manera regular durante todo ese período.