Árboles luminosos, la forma ecológica de iluminar calles

El holandés Daan Roosegaarde y su equipo han descubierto que mezclando medusas y bacterias luminosas con plantas pueden generar una fuente de luz nocturna totalmente natural.

Árboles luminosos, la forma ecológica de iluminar calles

Autor: Nicolas Curi

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El equipo holandés ya antes había ideado autopistas interactivas y parques que absorben partículas de smog. Pero su búsqueda de integrar diseño y ecología ha ido un paso más lejos: al estudiar bacterias biolumnínicas diseñaron la forma de que plantas y árboles puedan emitir luz, llegando a iluminar calles enteras por las noches.

El concepto de plantas que brillan en la oscuridad no es nuevo, pero ahora está más cerca de concretarse. Antes, un equipo de la Universidad de Cambridge modificó genéticamente material proveniente de bichos de luz y de las bacterias biolumínicas conocidas como Vibrio fischeri para impulsar la producción de enzimas lumínicas – conocidas como BioBricks – que pueden insertarse en genomas. Además, una campaña de Kickstarter para crear plantas luminosas sin usar electricidad logró su cometido el año pasado y, este mismo mes, nos enteramos de que hay lámparas callejeras que funcionan en base a algas que almacenan energía producida por la fotosíntesis.

“Cuando una medusa va a las profundidades marinas produce su propia luz”, cuenta Roosegaarde. “No tiene batería ni panel solar ni cuenta de energía. Lo hace autónomamente y debemos aprender de ella”. Así llegó a conectarse con Alexander Krichevsky, de la Universidad Estatal de Nueva York, quien fundó la compañía Bioglow para comercializar plantas autoluminiscentes. El ruso inventó un dispositivo que cataliza la luz producida por organismos y que la codifica, de modo que las plantas pueden producir luz que es transmisible. Roosegaarde empezó a colaborar con Krichevsky y ha llevado el proyecto a una escala mayor, una instalación diseñada para que sean los árboles los que producen luz. “Son unos paisajes que producen energía por sí mismos, y eso es fascinante, pero también son increíblemente poéticos”, reflexiona el holandés. El estudio de Roosegaarde también está trabajando en un proyecto llamado Glowing Nature, que no implica modificaciones genéticas. Se usan hongos biolumínicos para recubrir árboles con “pintura biológica” para que los mismos brillen de noche. ¡Que se haga la luz!

Fuente: Buen Diario 

 


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