La Universidad de Birmingham ha anunciado un impresionante descubrimiento arqueológico detrás del paisaje del desierto egipcio.
Los investigadores informan que han encontrado «evidencia convincente» de una nueva tumba en Qubbet el-Hawa. En un estado publicado en Facebook, el Ministerio de Antigüedades de Egipto informó que hay un muro de dos metros de alto dentro del cementerio de Asuán oeste, que indica que podría haber uno o dos faraones escondidos debajo de la arena.
El sitio ya es famoso por sus tumbas de roca cortada de la vieja élite del Imperio Antiguo, cuyos reyes y ciudades datan del tercer milenio a.C. y cuyas innovaciones representaron un hito temprano en las civilizaciones del valle inferior del Nilo.
Se cree que este misterioso nuevo muro ha sido un soporte arquitectónico para varias tumbas, incluyendo algunas que estarían por encima y por debajo de una terraza. Esto sugiere que aún hay tumbas esperando por ser descubiertas.
Aún no está claro si las tumbas contienen los restos de los altos representantes de la antigua sociedad egipcia o si se trata de los propios monarcas perdidos.
«Los hallazgos alteran dramáticamente nuestro entendimiento del paisaje fúnebre en esta área durante el Imperio Antiguo y el Primer Período Intermedio entre los años 2278 y 2184 a.C.», explica Carl Graves, un estudiante de doctorado que trabaja en la excavación. «No creo que alguien sepa todavía a quiénes pertenecieron las tumbas», agrega Graves.
El muro de piedra se pudo datar por las esquirlas de cerámica incrustadas en la argamasa que se usó para revestirlo. La propia cerámica parece haber sido forjada en el típico estilo del reino del faraón Pepy II, de la Sexta Dinastía.
Han sido buenos meses para la arqueología en Egipto. En noviembre, el ministro anunció el hallazgo de una ciudad de 7.000 años de antigüedad localizada en el Nilo. Aunque todavía se está reuniendo evidencia, parece que ésta era parte de la primera capital que tuvo uno de los imperios egipcios más antiguos.
Por IFLS
El Ciudadano