Un asteroide del largo de un bus del Transantiago hará esta semana el cuarto acercamiento registrado más cercano a la Tierra.
La roca espacial, conocida como 2023 BU, fue descubierta por la NASA el fin de semana pasado y está programada para llegar a 3.400 km de la superficie de nuestro planeta este viernes 27 de enero.
La mayoría de los asteroides pasan más allá de la distancia de la luna, que está a 384.400 km de distancia, pero este pasará más cerca y será el más próximo a la Tierra en 300 años.
El objeto tiene aproximadamente la mitad del tamaño del famoso meteorito de Chelyabinsk que golpeó la Tierra en 2013.
Según la NASA, este asteroide ocuparía el cuarto lugar de los que más cerca de la Tierra han pasado (y que transitarán), de acuerdo a los datos que registran 35 mil aproximaciones que cubren el periodo de 1900 a 2200.
Asimismo, una transmisión en vivo, organizada por Virtual Telescope Project (VTP) en Italia, estará disponible para que las personas puedan presenciar el evento a partir de este jueves. Esto porque será la única forma de ver el asteroide: 2023 BU es tan pequeño que brillará a un máximo de 11,3 de magnitud, cuya luminosidad es demasiado débil para verlo a simple vista.
Por lo mismo, tiene que ser captado por telescopios grandes y potentes, como los robóticos.
La roca espacial pasará junto a la Tierra aproximadamente a 53.000 km/h a una distancia de 10.500 km del centro de nuestro planeta 3.400 km de la superficie (distancia aproximada entre Arica y Coyhaique).
El objeto espacial mide aproximadamente 8.4 m de alto y 3 m de largo, que es aproximadamente la longitud de un bus del Transantiago Clase A1.
A pesar de que solo se detectó hace unos días, los expertos que han calculado su órbita e insisten en que no hay posibilidad de que 2023 BU golpee la Tierra.
Sin embargo, incluso si lo hiciera, hay una buena posibilidad de que no llegue a la superficie.
Las rocas espaciales que miden menos de 25 metros de ancho probablemente se quemen si ingresan a la atmósfera de la Tierra, dice la NASA, causando poco o ningún daño en el suelo.
Aunque no nos impactará, según algunas definiciones, el asteroide técnicamente pasará a través de la región superior de la atmósfera de nuestro planeta, que se conoce como la «exosfera».
Se dice que esta capa externa de nuestro planeta se extiende desde los 10.000 km hasta una distancia máxima de 193.000 km sobre la Tierra.
Sin embargo, la mayoría de los científicos no consideran que esta zona sea una verdadera parte de la atmósfera de la Tierra porque el aire es muy delgado.
No obstante, el asteroide 2023 BU pasará dentro de la órbita de los satélites geoestacionarios sobre América del Sur, pero aún lejos de la Estación Espacial Internacional a 400 km de la Tierra.
La roca espacial fue descubierta por el astrónomo Gennadiy Borisov en el Observatorio Astrofísico de Crimea en Nauchnyi, Crimea el sábado pasado.
Este científico es famoso por detectar el primer cometa que viajó al sistema solar desde el espacio interestelar, llamado 2I/Borisov.
A su vez, el 2023 BU orbita alrededor del sol cada 425 días, mientras que su camino ocasionalmente se cruza con la trayectoria orbital de la Tierra.
Luego pasará relativamente cerca de nosotros el 6 de diciembre de 2036, pero en esa ocasión estará mucho más allá de la órbita de la luna.
La NASA considera que el asteroide es un «objeto cercano a la Tierra» porque su órbita ocurre a 195 millones de km del sol, pero no es un «asteroide potencialmente peligroso» porque no es lo suficientemente grande como para causar daños significativos en caso de impacto.
En febrero de 2013, un meteorito que arrasó el sur de los Urales y cayó en Chelyabinsk, Rusia, fue el impacto de este tipo de rocas espaciales más grande registrado en más de un siglo.
Más de 1.600 personas resultaron heridas por la onda expansiva de la explosión, que se estima que fue tan fuerte como 20 bombas atómicas de Hiroshima, cuando el meteorito de 19 metros de ancho cayó cerca de la ciudad.
El año pasado, los expertos advirtieron que algunos asteroides pueden «acercarse sigilosamente» a nosotros gracias a una peculiaridad de la rotación de la Tierra que los hace parecer como si apenas se estuvieran moviendo, lo que los hace difíciles de detectar.
Los expertos financiados por la NASA investigaron cómo los telescopios casi pasan por alto un asteroide de casi 100 m de ancho que se acercó 70 mil km de la Tierra en 2019.