Un estudio reveló que las personas mayores pueden revertir los signos de envejecimiento en el cerebro mediante la práctica del ejercicio físico, y que lo más eficaz es el baile.
El trabajo se publicó en la revista Frontiers in Human Neuroscience y estuvo dirigido por científicos del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas de Magdeburg, Alemania.
Fue una investigación de pequeña escala, pero los estudios cerebrales generalmente lo son, puesto que los escáneres de IRM son caros. Hubo 26 participantes en total. En el grupo «baile» había 14, con una edad promedio de 67, y el grupo de fitness tenía 12 personas, con una edad promedio de 69 años.
Por más de 18 meses, el grupo de los danzantes asistió a un curso semanal de rutinas de baile. El grupo de fitness, por su parte, pasó por un entrenamiento de resistencia y flexibilidad.
Ambos grupos mostraron un aumento en la región cerebral del hipocampo. Esto es importante, porque esta región está relacionada con enfermedades como el Alzheimer y también desempeña un rol en la memoria y el equilibrio. Sin embargo hubo una diferencia entre ambos grupos, porque sólo entre los bailarines se observó una mejora significativa de su equilibrio, lo que puede deberse al aprendizaje de una nueva rutina cada semana.
«Tratamos de proporcionarles rutinas de baile que cambiaran constantemente entre diferentes géneros (Jazz, Square, Latinoamericana y Line Dance)», dijo la Dra. Kathrin Rehfeld, quien dirigió el estudio. Cada dos semanas se cambiaron los patrones de brazos, las formaciones, la velocidad y los ritmos, para que se mantuvieran en un proceso de aprendizaje constante. Lo más difícil para ellos fue recordar las rutinas bajo la presión del tiempo y sin ninguna pista del instructor.
Ahora el equipo quiere aplicar los resultados de esta investigación en nuevos programas de acondicionamiento físico para ayudar a prevenir el deterioro cerebral relacionado con la edad. Llaman a esto «Jymmin», una mezcla de improvisación (jamming) y gimnasia que trabaja con un sistema basado en sensores, que genera sonidos basados en la actividad física.
En su artículo, los autores señalan que en el futuro es necesario continuar los estudios para investigar el efecto con mayor profundidad. La evidencia temprana, sin embargo, sugiere que el baile en la vejez podría ayudar a compensar enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Así es que es hora de empezar a bailar.
«Creo que todo el mundo quiere vivir una vida independiente y saludable durante el mayor tiempo posible», dice la Dra. Rehfeld. «Creo que el baile es una herramienta poderosa para establecer nuevos retos para el cuerpo y la mente, especialmente en la vejez».
Vía IFLScience
El Ciudadano