El Banco Mundial acaba de anunciar en la cumbre One Planet que ya no ofrecerá apoyo financiero para la exploración de petróleo y gas después de 2019. Es una medida notable que seguramente será celebrada por los ciudadanos y gobiernos que están a favor de la revolución energética.
El banco, que otorga préstamos a los países en desarrollo para fomentar el crecimiento económico, hizo el anuncio el 12 de diciembre en la cumbre.
En la ocasión el banco emitió un comunicado diciendo que «ya no financiará la exploración y producción del petróleo y el gas», basándose en la necesidad de cambiar en un «mundo que cambia rápidamente».
En 2015, el Banco Mundial prometió dedicar el 28% de su cartera a la acción climática para 2020. La última declaración del banco sobre el financiamiento de combustibles fósiles sugiere que está en camino de lograr ese objetivo.
Este es otro mensaje para la industria de la energía de combustibles fósiles y probablemente un triunfo significativo para los defensores del medioambiente. Además, la economía que rodea al sector de la energía renovable hace que cada vez sea más atractivo para las compañías cambiarse a este tipo de recursos energéticos. En todo el mundo se ha vuelto más barato construir nuevas instalaciones de energía renovable, que operar y mantener plantas de carbón.
El plan del Banco Mundial establece una advertencia para «circunstancias excepcionales», diciendo que considerará «… financiar la exploración y producción de gas en los países más pobres, donde hay un beneficio claro en términos de acceso a la energía para los pobres».
El proyecto se ajusta dentro de los países que forman parte del ‘Acuerdo de París’, que es un factor importante en la decisión. La cumbre One Earth (Una Tierra) fue planeada en el segundo aniversario del histórico acuerdo, que parecía incierto después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidiera retirarse el año pasado. Aun así el acuerdo parece prosperar en ese país, que podría alcanzar los objetivos establecidos en París contra todo pronóstico.
El Ciudadano, vía Science Alert