Brooke Greenberg nació el 8 de enero de 1993 en Maryland, Estados Unidos. Al nacer prematura (faltando un mes para la fecha oficial) pesaba 1.800 gramos y tenía un problema en la cadera que fue solucionado con cirugía, de resto era una niña perfectamente normal.
Después de cumplir el primer año de edad, comenzó a sufrir serias enfermedades como la aparición de siete úlceras estomacales perforadas, episodios epilépticos, un infarto y hasta un tumor cerebral diagnosticado cuando tenía 5 años.
Este último le oprimió el cerebro al punto de haberla dejado 14 días en un sueño profundo (que no era un coma). Durante este periodo estuvo vigilada por los médicos, pero cuando despertó el tumor había desaparecido sin explicación alguna.
No obstante, lo más impresionante de su caso es que aproximadamente a los 6 años de edad dejó de crecer. Su enfermedad jamás pudo ser diagnosticada y terminó por bautizarse Síndrome X por parte de los especialistas.
Murió el 24 de octubre de 2013, a pocos meses de cumplir los 21 años de edad, a causa de una broncomalacia, una enfermedad común en los niños que les impide respirar.
El misterio de la Peter Pan de la vida real
Los análisis de ADN indicaron que las partes relativas al crecimiento eran normales. No tenía ninguna anomalía genética o en los cromosomas. Para los médicos, era como si su cuerpo no funcionara como una unidad, sino como una serie de partes separadas que convivían juntas.
El cerebro de la pequeña tuvo cambios mínimos desde que cumplió un año. Tenía una edad mental de unos 9 meses, pero sus huesos eran los de una niña de 10 años y sus dientes como si tuviera 8.
Detener el envejecimiento
En este extraño caso conocido como Síndrome X, podría estar el secreto del envejecimiento o la clave para la juventud eterna, señala el Doctor Richard Walker, PhD en fisiología endocrina del Colegio de Medicina de la Universidad de Florida del Sur.
Luego de un permiso concedido por los padres de Brooke, el Instituto de Biología Multiescala y Genomas del Hospital Monte Sinaí en Nueva York estudiaron a profundidad su ADN, lograron aislar varias mutaciones que se habían pasado por alto y que en conjunto podrían explicar la condición de la niña.
Según señala El Pensante, dichas mutaciones no inhibían el crecimiento como un todo sino que se concentraban en algunos lugares específicos del cuerpo, lo que podría usarse como un método para limitar el crecimiento específico de algunos tipos de cáncer particularmente agresivos.
Este hallazgo también podría servir como un método para detener el envejecimiento.
Aunque son pocas, se conoce de la existencia de otras personas que sufren de síntomas muy parecidos, como Nicky Freeman, nativo de Australia, quien supera los 40 años pero tiene el cuerpo de un niño de 10.
https://www.elciudadano.cl/ciencia-tecnologia/sentirse-joven-ayuda-a-frenar-el-envejecimiento-cerebral/07/06/