Una leona salvaje fue captada alimentando a un cachorro de leopardo en la Zona de conservación de Ngorongoro, en Tanzania. La leona de 5 años daba de mamar a un cachorro de leopardo de unas pocas semanas de edad.
Se cree que es el primer registro de esta interacción entre especies, pero desgraciadamente es poco probable que el resultado final de este vínculo sea favorable.
No se sabe muy bien cómo comenzó esta relación. La leona, a quien llaman Nosikitok, ya es conocida por los investigadores porque actualmente es rastreada por el grupo de conservación KopeLion (el collar que tiene es un dispositivo de rastreo). Ella tuvo dos cachorros recientemente y el equipo cree que pueden haber muerto. Al parecer el encuentro con el pequeño leopardo, que tiene la misma edad que sus cachorros, fue puro azar, y habría entrado en acción el instinto maternal.
«Este es un caso verdaderamente único», dice el Dr. Luke Hunter, presidente y director de conservación de la organización Panthera, que trabaja para proteger a los grandes felinos en todo el mundo. «No conozco ningún otro ejemplo de adopción o guardería entre especies de grandes felinos en estado salvaje. Esta leona es conocida por haber dado a luz recientemente a sus propios cachorros, que es un factor crítico. Está fisiológicamente preparada para cuidar a sus gatos bebés. El pequeño leopardo tiene casi exactamente la edad de sus propios cachorros y es físicamente muy similar a ellos», agrega Hunter.
El espectáculo fue capturado en un video por un huésped del Ndutu Safari Lodge, que opera en el cráter Ngorongoro. Normalmente los leones y los leopardos no se mezclan. De hecho, el león es una de las amenazas más grandes que un leopardo puede enfrentar en la sabana, con leones adultos que atacan y a menudo matan a leopardos más solitarios cuando se da la ocasión.
Con este conocimiento, los investigadores sospechan que si el cachorro sobrevive, probablemente no tendrá un final muy feliz cuando se enfrente a las demás leonas adultas de la manada. Las dos especies han evolucionado lado a lado durante millones de años como adversarios, y es poco probable que la naturaleza haga una excepción para este caso.
Vía IFLScience
El Ciudadano