El altruismo es real y se desarrolló porque confiere una ventaja evolutiva superior a los beneficios del egoísmo. Así lo afirma un equipo internacional de científicos, quienes dicen haber probado esta tesis.
Con frecuencia, los biólogos evolutivos han trabajado arduamente en la idea de que el verdadero altruismo pueda existir, dada la creencia de que toda vida es moldeada por una constante batalla darwiniana que sólo permite la «supervivencia del más apto».
En medio de una competencia tal, ¿por qué un organismo habría de ayudar a otro sin obtener algo a cambio?
Los matemáticos que condujeron este estudio, liderados por el Doctor George Constable, de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, ahora creen que han logrado dar con la prueba de que las acciones desinteresadas por los demás pueden acarrear ventajas en el largo plazo.
El proceso es tan básico que se puede observar en el hongo de la levadura, que es capaz de producir una enzima que descompone las azúcares complejas del ambiente, creando más alimento para todos.
Pero esto significa gastar energía que de otra forma se usaría para la reproducción, así es que una cepa mutante de «tramposos», que egoístamente evita contribuir con la producción de alimento, aparece para tener una ventaja diferente.
Sin embargo, con demasiados de estos «tramposos», el alimento empezaría a escasear, causando el colapso de la población. Una población superior de levadura «altruista» hace que haya alimento suficiente y que la población se mantenga.
Así es como los grupos con más altruistas tienen mejores habilidades de supervivencia a los eventos azarosos y catastróficos que ocurren de vez en cuando.
El Doctor Tim Rogers, de la Universidad de Bath, coautor del informe publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, dice: Si tenemos dos grupos de personas donde uno de ellos es muy altruista y el otro es más egoísta, es el primer grupo, el más social, el que tiene más posibilidades de sobrevivir a los malos inviernos o las sequías».
Rogers admite que la teoría de la evolución sugiere que siempre habrá una «tendencia innata a volverse más egoísta», y que «si todos los demás están haciendo lo correcto, tal vez no sea tan malo ‘cometer un desarreglo'», señala.
Si hacer trampas al altruismo fuera mejor, todo el mundo lo haría siempre, pero no lo es; no rinde frutos a largo plazo.
El informe podría tener implicaciones significativas para el mundo real. «Nuestra investigación sgiere que si la sociedad se van por un camino más egoísta, será menos capaz de adaptarse y sobrevivir a las duras realidades del mundo en que vivimos», dice Rogers. «Por ejemplo», dice, «el comportamiento de los bancos, que provocó la crisis financiera de 2008. La gente pudo cobrar en efectivo basados en malas decisiones, antes de que el gran evento gatillara el desplome del sistema».
Los banqueros estaban parcialmente influenciados por el deseo de obtener bonos anuales y «esta mentalidad de corto plazo implica que no hay una exposición a las fluctuaciones azarosas que acarrearía el aumento del altruismo», dice Rogers.
El coautor sugiere que sería mejor si los bonos de los banqueros se demoraran una cantidad de años, que esto «ayudaría a nivelar ese sentimiento de corto plazo y ganancia inmediata», y que promovería un comportamiento más responsable.
Fuente, The Independent
Trad, El Ciudadano