Los investigadores del Observatorio Parkes (Australia) no lograban entender qué era lo que generaba las extrañas interferencias en su radiotelescopio, pero asumieron que las misteriosas señales tenían una naturaleza local. Por eso dedujeron que podían tener origen en los relámpagos, escribe el rotativo ‘The Guardian‘.
Recientemente se descubrió la fuente de la misteriosa señal, cuando el 1 de enero se instaló un nuevo receptor que al monitorear las interferencias detectó fuertes señales de 2,4 GHz, típicas de un microondas.
Las señales eran infrecuentes porque la interferencia solo se producía cuando el telescopio apuntaba en la dirección del microondas y la puerta del electrodoméstico se abría antes de que finalizara el tiempo de calentamiento programado.