Científicos del Instituto de Tecnología de California (Caltech), descubrieron que dos agujeros negros supermasivos se encuentran enlazados en un baile cósmico, debido a que parecen estar orbitándose el uno al otro, con un intervalo de dos años a nueve mil millones de años luz de distancia de nuestro planeta.
La investigación fue publicada este miércoles en la revista The Astrophysical Journal Letters y contó con la participación de investigadores de la Universidades de Chile y Concepción.
Según detalla el estudio, se espera que ambos agujeros negros supermasivos se fundan en un solo gran objeto y la colisión podría ser tan potente que remecerá el espacio tiempo, provocando ondas gravitacionales a través del cosmos, sin embargo sucederá dentro de 10.000 años, cita BioBio Chile.
Durante la investigación, se detectó que ambos objetos poseen masas, equivalentes a unos cientos de millones la (masa) del sol y están separados por una distancia equivalente a unas cincuenta veces el trayecto entre nuestra estrella más cercana y Plutón.
Los agujeros negros supermasivos descubiertos se alimentan de material proveniente de un disco que los rodea, el cual se denomina blazares, en los cuales el chorro de energía que emana de él apunta hacia la Tierra.
Cabe destacar que la evidencia proviene de observaciones que se han realizado durante 45 años, y se detectó que un poderoso chorro producido en uno de los agujeros negros se mueve de un lado a otr
La estudiante de astrofísica en Caltech y autora principal del estudio Sandra O’Neill, señaló que fue una grata sorpresa descubrir el segundo candidato de un agujero negro binario supermasivo hallado en el acto de fusionarse, refiere BioBio.
Programa realizado durante su doctorado
El profesor asistente en el Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Astrofísica CATA, quien obtuvo su doctorado con el profesor Anthony Readhead en Caltech que lidera el equipo, Walter Max-Moerbeck, señaló que los datos que permitieron este hallazgo fueron desarrollados durante su tesis de doctorado.
“Los datos que permitieron hacer este descubrimiento son parte del programa de monitoreo de blazares que aún continúa y que fue desarrollado durante mi tesis de doctorado“, expresó, citado por BioBio.
“El diseño observacional, incluyendo la calibración de los datos y la programación automática de las observaciones fue desarrollado por mí hace más de una década. También participé en el desarrollo de los métodos de simulación que permiten estudiar la significancia estadística de estas señales”, añadió.
Otra de las personas que participó fue Rodrigo Reeves profesor asociado del Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción y también investigador CATA, quien desarrolló su investigación doctoral con el profesor Readhead, quien señaló que «los periodos de estas variaciones fueron determinadas usando varias técnicas, entre ellas la ‘transformada Wavelet’ que fue analizada por Philipe Vergara, estudiante del magíster en ciencias mención de Astronomía de la Universidad de Concepción. De este modo se puede determinar si el periodo es estable o presenta variaciones”